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La imposición de aranceles volverá a la industria del acero más contaminante

Las tarifas a la exportación de chatarra desde México desincentivará al mercado estadounidenses de migrar a formas de producción más sustentables.
mar 11 febrero 2025 05:00 AM
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La producción del acero más neutra en carbono requiere de chatarra para realizarse.

El acero es una de las materias primas esenciales para la construcción, pero su producción es también una de las más contaminantes. Esta industria genera alrededor del 7% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2), y por cada tonelada de acero producida, se generan en promedio 1.8 toneladas de CO2, además de otros contaminantes como el óxido de azufre (SOx) y el óxido de nitrógeno (NOx), que contribuyen al smog y la lluvia ácida, de acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF).

En los últimos años, la industria ha avanzado en la transición hacia procesos más sustentables, en gran parte gracias al uso de hornos de arco eléctrico que permiten reciclar acero con un menor impacto ambiental. Sin embargo, la posibilidad de que se impongan nuevos aranceles a la importación de acero y chatarra podría obstaculizar estos avances.

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Dos formas de producir acero y su impacto ambiental

Existen dos formas principales de producir acero. La primera, la más tradicional y contaminante, es a partir de mineral de hierro, proceso que requiere la extracción de roca y su fundición en altos hornos con la ayuda de carbón. "Este método es altamente contaminante y su huella de carbono es considerable", explica Helios Ocaña, especialista en aceros avanzados.

La segunda forma es a través de hornos de arco eléctrico, que funcionan con electricidad y emplean chatarra reciclada. "La ventaja de estos hornos es que pueden utilizar energía renovable, lo que permitiría alcanzar una producción neutra en carbono", agrega.

México ya ha avanzado en esta transición: cerca del 90% del acero que se produce en el país proviene de hornos de arco eléctrico, los cuáles requieren de chatarra para funcionar, pero en el país el insumo es escaso.

"México es deficitario de chatarra. Generamos muy poca y necesitamos importar grandes cantidades, sobre todo de Estados Unidos", comenta Ocaña. "Ese país genera mucha chatarra debido a su alto consumo de productos de acero, mientras que en México tenemos una cultura de retener objetos por más tiempo", agrega el experto.

Esta diferencia hace que la industria mexicana dependa en gran medida del comercio transfronterizo. Cualquier modificación en las condiciones de importación impacta directamente en los costos y la disponibilidad de esta materia prima.

Existen diferentes tipos de chatarra que se utilizan en la producción de acero. Por un lado, está la chatarra limpia, que proviene de residuos industriales como sobrantes de láminas de acero en procesos de manufactura.

Este tipo de material es altamente valorado porque requiere menos procesamiento. Sin embargo, la mayor parte de la chatarra utilizada en México proviene de productos desechados como automóviles y electrodomésticos, lo que significa que debe someterse a un proceso de limpieza y refinación antes de su reutilización.

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A pesar de la escasez interna, México también exporta chatarra de alta calidad a Estados Unidos debido a los mejores precios que se pagan en ese mercado. Por otro lado, la importación de chatarra de menor calidad desde Estados Unidos permite abastecer a la industria nacional, aunque con mayores costos de procesamiento.

El riesgo de nuevos aranceles

La posible imposición de aranceles a la importación de acero y chatarra podría alterar este equilibrio. "Un arancel corrompería las rutas de comercio que ya tenemos", advierte Ocaña.

Esto podría generar un encarecimiento del acero reciclado en Estados Unidos, lo que llevaría a una mayor utilización de mineral de hierro, retrocediendo en los avances de sustentabilidad. "Si se incrementa el precio de la chatarra importada, producir acero por medios sustentables podría dejar de ser viable", indica el especialista.

La incertidumbre comercial está vinculada con decisiones políticas en Estados Unidos. La administración de Donald Trump ya impuso aranceles al acero en su mandato anterior. Ahora, con las elecciones en puerta, la posibilidad de que se reinstauren medidas proteccionistas genera preocupación en la industria acerera mexicana.

"Las políticas comerciales han sido clave para la transición a procesos más sustentables. Si se imponen aranceles, se podría favorecer la producción tradicional en altos hornos, que es más contaminante", explica Ocaña

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Acero Contaminación ambiental

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