Otras cadenas como Chedraui han promovido acciones similares. A través de programas de manejo de residuos orgánicos, algunos centros de distribución y tiendas realizan compostaje con los alimentos no vendidos. Además, han reforzado procesos de inventario y planeación para evitar el sobreabasto y reducir las mermas.
Aunque en México no hay una legislación que obligue a las empresas a reducir sus residuos, algunos países como Francia son punta de lanza. En 2016, el país se convirtió en el primero en aprobar una ley que prohíbe a los supermercados tirar o destruir alimentos no vendidos, obligándolos a donarlos a organizaciones benéficas y bancos de alimentos.
Innovación e iniciativas en gestión de residuos
Además del manejo de productos vencidos, el sector ha comenzado a adoptar modelos más amplios de gestión, enfocados en la reducción, reutilización y reciclaje de materiales. Walmart lanzó en México el programa “Reciclamanía Evoluciona”, que instala centros de acopio móviles y fijos para recolectar PET, aluminio, cartón, electrónicos y textiles en conjunto con recicladores certificados. En 2023, reportó que el 73 % de sus residuos fueron reciclados o reutilizados.
Otra tendencia es la implementación de tiendas con sistema refill, donde los consumidores pueden rellenar productos con sus propios envases.
El rediseño de empaques también es parte de la estrategia. Walmart informó que el 81 % de los empaques de marca propia en México ya son reciclables, y que entre 2020 y 2022 eliminó más de 9,300 toneladas de plástico virgen.
En un análisis de KPMG, la firma señala que uno de los desafíos clave para la industria es incorporar la sostenibilidad en toda la cadena de valor, desde el diseño de empaque hasta la disposición final del residuo. Las firmas que han logrado avances en esta materia, señala el estudio, son aquellas que han establecido indicadores específicos, han generado alianzas con proveedores y han involucrado a los consumidores en el proceso.
Algunos de estos procesos también se ven beneficiados con la integración de la Inteligencia Artificial, y es que algunas cadenas la utilizan para anticipar la demanda, reducir sobreabasto, automatizar la detección de fechas de vencimiento e incluso sugerir donaciones antes de la caducidad. Estos sistemas pueden integrarse a los procesos logísticos y de inventario para minimizar pérdidas y aumentar el aprovechamiento.