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¿Qué es la sostenibilidad ambiental en ESG?

La sostenibilidad ambiental implica toda una estrategia de las empresas en temas de uso de energía, aprovechamiento de agua y manejo de residuos.
jue 31 octubre 2024 05:00 PM
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La sostenibilidad ambiental es clave para que las empresas perduren en el tiempo.

Para asegurar su futuro, las empresas deben preocuparse no únicamente por las ganancias que genera el negocio, sino también porque este no impacte negativamente al medioambiente y no solo eso, sino que también contribuya a su cuidado.

Según el Estudio Global de la Sustentabilidad de la consultora Simon-Kucher, 54% de los consumidores aseguraron que estarían dispuestos a pagar más por productos que involucran prácticas sustentables. Es decir, las empresas con una estrategia de sostenibilidad ambiental tienen no solo la oportunidad de perdurar en el tiempo, sino también de ganar más.

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¿Qué es la sostenibilidad ambiental?

La sostenibilidad ambiental dentro del marco de ambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) representa un conjunto de prácticas centradas en reducir el impacto ambiental, con el objetivo de que el crecimiento económico de las empresas no comprometa la salud del planeta ni los sistemas que sustentan la vida.

El componente ambiental en ESG abarca múltiples áreas clave, como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la gestión del uso y aprovechamiento del agua, el manejo de residuos y el uso de materiales sostenibles en el proceso de producción y en la elaboración de los productos finales.

Para disminuir el impacto que las operaciones de una empresa tiene en el medio ambiente existen diversas estrategias como la adopción de fuentes de energía renovables, la optimización de procesos industriales, el uso eficiente de la energía, tratar aguas residuales, gestionar fuentes de abastecimiento de manera responsable, reciclaje de materiales y la reducción de embalajes, entre otros.

Beneficios de adoptar la sostenibilidad ambiental

La sostenibilidad ambiental en ESG no solo responde a una responsabilidad corporativa, sino que también trae ventajas estratégicas, como un aumento de la competitividad y es que cada vez más los consumidores están más inclinados a preferir productos y servicios de empresas que demuestran un compromiso con el medio ambiente.

De acuerdo con la encuesta de PwC sobre la voz del consumidor 2024, el 46%de los consumidores señalan que compran productos más sostenibles como forma de reducir su impacto en el medio ambiente. Además de que el 80% de los consumidores están dispuestos a pagar más por bienes producidos o de origen sostenible.

Tener una estrategia ambiental sostenible no solo atrae a más consumidores, también a los inversionistas. La demanda es tal que las inversiones sostenibles a nivel mundial ya superaron los 35 billones de dólares, según cifras del Global Sustainable Investment Alliance.

Otra de las grandes ventajas es la mitigación de riesgos, las prácticas sostenibles ayudan a las empresas a reducir su exposición a riesgos ambientales, como el cambio climático o la escasez de recursos, que pueden impactar su cadena de suministro o sus operaciones. La Agencia Internacional de Energía (AIE) alerta que eventos climáticos extremos pueden representar un riesgo económico, lo que convierte a la sostenibilidad en una medida preventiva para la continuidad del negocio.

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Cumplimiento normativo y regulatorio

Pero una estrategia de sostenibilidad ambiental se debe hacer por convicción, pero también bajo un marco normativo y regulatorio. Aunque existen normas mexicanas, estas todavía no son tan rigurosas como otras regulaciones internacionales, incluso muchas de ellas son aún voluntarias.

A nivel internacional cada vez se establecen lineamientos para asegurar las buenas prácticas de las empresas, una de ellas, de las más recientes, es el arancel al carbono, es decir, las empresas que importen productos a la Unión Europea deberán pagar un arancel en función del CO2 emitido. La primera fase arrancó en septiembre de 2023 y, por ahora, solo se les exige la medición de estas emisiones.

Medir el impacto es uno de los primeros pasos para comenzar una estrategia de sostenibilidad, por eso varios países están obligando a las empresas a reportar, incluido México, donde a partir de 2025 todas las compañías que realicen un reporte financiero, tendrán que realizar también el de sostenibilidad.

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