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¿Qué es la inversión sostenible y cómo se relaciona con ESG?

La inversión sostenible busca generar no solo retornos financieros, sino también un impacto positivo en el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza.
mié 16 octubre 2024 04:00 AM
¿Qué es la inversión sostenible y cómo se relaciona con ESG?
La inversión responsable integra criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en sus análisis.

No existe un solo inversionista en el mundo que no busque ganar dinero o generar rendimientos; sin embargo este objetivo ya no busca ser a cualquier costo, los inversionistas están demandando cada vez más instrumentos que tengan un impacto positivo en el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza.

La inversión sostenible (responsable o de impacto) ha crecido exponencialmente en los últimos cinco años, de acuerdo con la Red Global de Inversión de Impacto (GIIN, por sus siglas en inglés) en este periodo, los activos de inversión de impacto registran una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 14%.

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“El mercado de los fondos de impacto se encuentra en un interesante punto de inflexión”, señala el Foro Económico Mundial que indica que la causa de la creciente demanda es “probablemente debido a la creciente toma de conciencia de los retos mundiales como el cambio climático y la desigualdad social entre la población en general. Además, los inversionistas buscan alinear sus recursos con sus valores sin dejar de obtener rendimientos competitivos”. Es por ello que ahora más que nunca “resulta vital para cualquier compañía generar oportunidades de inversión con un impacto positivo”, dice en un análisis Santander Asset Management.

¿Qué es la inversión sostenible?

La inversión sostenible considera el desempeño social y ambiental al tomar decisiones, señala la Organización Internacional del Trabajo. Es decir, los inversionistas evalúan a las compañías no solo por su desempeño financiero, sino también por su impacto ambiental, su relación con la comunidad y su gestión interna. El objetivo es crear valor a largo plazo, tanto para los accionistas como para la sociedad en general.

Existen diferentes enfoques dentro de la inversión sostenible, que incluyen:

Inversión basada en valores: Se evitan empresas que operan en sectores controvertidos, como la fabricación de armas, el tabaco o los combustibles fósiles.

Integración de criterios ESG: Los inversionistas incorporan criterios ambientales, sociales y de gobernanza en su análisis financiero para identificar riesgos y oportunidades.

Inversión de impacto: El objetivo es generar tanto un retorno financiero como un impacto positivo y medible en el entorno o en la sociedad.

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¿Cómo se relaciona con los criterios ESG?

Para realizar un análisis de inversión sostenible, los inversionistas deben basarse en los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).

Ambiental (E): Hace referencia al impacto de las operaciones de las empresas en el medio ambiente, como el uso y aprovechamiento del agua, la reducción de emisiones de carbono, el uso de energías renovables y la gestión de residuos.

Social (S): Se centra en las relaciones entre la empresa y sus empleados, proveedores, clientes y comunidades. En esta parte se incluye el respeto por los derechos humanos, la igualdad de género, las condiciones laborales, la diversidad e inclusión y la responsabilidad social corporativa.

Gobernanza (G): En este pilar se analiza la manera en la que se gestiona y gobierna una empresa, incluyendo su estructura de liderazgo, las políticas de transparencia, la rendición de cuentas y la ética empresarial.

Beneficios y desafíos de la inversión sostenible

El atractivo de la inversión sostenible ha crecido a medida que los inversionistas reconocen su potencial para mitigar riesgos y captar oportunidades.

Uno de los principales beneficios de integrar los factores ESG en las decisiones de inversión es la capacidad de identificar riesgos no financieros que pueden afectar el desempeño de una empresa a largo plazo. Sin embargo, la inversión sostenible también enfrenta desafíos. Uno de ellos es la falta de estándares uniformes para la medición de los factores ESG, lo que puede dificultar la comparabilidad entre empresas y sectores. Además, del riesgo de que las empresas caigan en prácticas de greenwashing para atraer inversionistas.

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El futuro de la inversión sostenible

A medida que las preocupaciones sobre el cambio climático y la desigualdad social continúan creciendo, es probable que la inversión sostenible siga en auge. Además, las regulaciones globales están evolucionando para exigir una mayor transparencia y responsabilidad en materia de ESG. La Unión Europea, por ejemplo, ha implementado el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) para garantizar que los productos financieros etiquetados como sostenibles cumplan con estrictos criterios. Y en México, a partir de 2025, las empresas que divulguen estados financieros tendrán también que medir su desempeño sostenible.

El camino hacia una inversión plenamente sostenible presenta desafíos, pero los avances regulatorios y la demanda creciente de inversionistas indican que esto no es una moda, sino que está aquí para quedarse.

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