El hidrógeno verde, un recurso renovable que ha cobrado protagonismo en la agenda global, se presenta como una solución viable para enfrentar los desafíos energéticos y ambientales que enfrenta México. En un país rico en recursos naturales y con un potencial solar extraordinario, el desarrollo de esta industria no solo podría transformar el panorama energético nacional, sino también posicionar a México como un líder en la transición hacia una economía sostenible. Sin embargo, para que esto se convierta en una realidad, es fundamental que se implemente una estrategia nacional que impulse su producción y uso.
Hidrógeno verde, ¿pilar del futuro energético mexicano?
Una de las principales ventajas es su capacidad para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como el transporte pesado, la industria y el almacenamiento de energía. Este recurso también puede desempeñar un papel crucial en la seguridad energética de México. La diversificación de nuestras fuentes de energía nos hará menos dependientes de los combustibles fósiles, lo que a su vez fortalecerá nuestra autonomía y seguridad nacional.
En este contexto, el hidrógeno se convierte en una pieza clave, al alinearnos con los compromisos internacionales en materia de cambio climático, no solo estamos actuando en beneficio del medio ambiente, sino también posicionando a México como un actor relevante en el escenario global de energías renovables.
Si bien nuestro país cuenta con una ventaja competitiva en la producción de hidrógeno verde gracias a su ubicación geográfica y su riqueza en recursos renovables, el camino hacia el desarrollo de esta industria no está exento de obstáculos. La nueva administración debe impulsarse una regulación clara y un marco normativo que fomente la inversión en hidrógeno verde, lo cual representa un desafío significativo. La creación de incentivos fiscales y subsidios para proyectos de energía renovable será un paso crucial para atraer inversión tanto nacional como extranjera. Además, es fundamental fomentar la colaboración entre el sector público y privado, así como la participación de la academia, para generar un ecosistema que impulse la innovación y el desarrollo tecnológico en esta área.
La industria ya ha dado pasos grandes, buscando acelerar su desarrollo en México, como la reciete Estrategia Industrial de Hidrógeno Limpio de México 2024, (presentada por la Asociación Mexicana de Hidrógeno), sin embargo, el éxito de esta estrategia dependerá de la superación de los obstáculos técnicos y regulatorios antes mencionados. Es esencial implementar un marco normativo específico que incentive la inversión y promueva la capacitación de personal especializado. Sin un apoyo institucional robusto, el riesgo es que se pierdan oportunidades valiosas que podrían traducirse en beneficios económicos y ambientales significativos.
Por otro lado, es fundamental considerar el impacto social y ambiental que conlleva el desarrollo de proyectos de hidrógeno. La transición hacia una economía basada en el hidrógeno no solo debe enfocarse en la reducción de emisiones, sino también en la inclusión de comunidades locales en el proceso. Esto implica la creación de empleos y el establecimiento de programas de capacitación que permitan a la población beneficiarse directamente de esta nueva industria.
Además, la gestión sostenible de los recursos hídricos, esenciales para la producción de hidrógeno, debe ser prioritaria, especialmente en un país que enfrenta retos de escasez de agua. La implementación de una estrategia integral que abarque tanto el desarrollo tecnológico como el bienestar social será clave para que México logre convertirse en un referente en la economía del hidrógeno.
El hidrógeno verde representa una oportunidad sin precedentes, sin embargo, para que este potencial se materialice, es imperativo que la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, adopte políticas públicas favorales para la industria y se establezcan las bases para una industria sostenible y competitiva. Esto no solo ayudará a combatir el cambio climático, también creará un futuro más próspero y sostenible para los mexicanos.
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Nota del editor: Andrés Caballero es Director General de FH2 México. Es Licenciado En Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Anáhuac y cuenta con un diplomado en Emprendimiento, así como un MBA en Instituto de Empresa de la misma universidad. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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