En un mundo donde hemos pasado por guerras debido a la falta de tolerancia, parecería increíble que, en pleno siglo XXI, aún no hayamos aprendido la lección de la historia. En lugar de avanzar hacia sociedades más inclusivas, en muchos ámbitos estamos retrocediendo. La política y el discurso público, en muchos países, han tomado un giro preocupante hacia la exclusión y la polarización, dejando de lado el respeto por la diversidad y el reconocimiento de las diferencias como una fuente de riqueza social y económica.
Inclusión y diversidad. Lección pendiente para un futuro empresarial sostenible
Hoy, la sostenibilidad también implica construir organizaciones diversas e inclusivas que fomenten la innovación, la productividad y el bienestar de sus colaboradores.
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No terminamos de entender que la tolerancia no es solo coexistir con el otro, sino respetarlo, aceptarlo y reconocer su pluralismo cultural, sus formas de expresión y su identidad. La verdadera inclusión se logra cuando convertimos nuestras diferencias en una oportunidad para construir relaciones armónicas y enriquecedoras. En un contexto donde la política parece empujar hacia la división, este artículo es un llamado a la inclusión, al respeto y a la construcción de entornos que valoren la diversidad como un activo estratégico, especialmente en el mundo empresarial.
En el mundo corporativo, la sostenibilidad ya no se limita al impacto ambiental o la eficiencia operativa. Hoy, la sostenibilidad también implica construir organizaciones diversas e inclusivas que fomenten la innovación, la productividad y el bienestar de sus colaboradores.
Empresas con culturas inclusivas y equipos diversos tienen más probabilidades de superar a su competencia y mantenerse en el tiempo. La diversidad no es solo un tema de equidad; es una estrategia empresarial que genera resultados concretos.
A lo largo de los años, numerosos estudios han demostrado que la diversidad impulsa la innovación y mejora el rendimiento financiero. Según McKinsey, las empresas con liderazgo diverso tienen un 25% más de probabilidades de obtener mayores ganancias que sus competidores menos diversos.
Sin embargo, la diversidad sin inclusión es insuficiente. Incluir significa crear un entorno donde todas las personas puedan aportar su talento sin barreras invisibles. La inclusión fomenta la creatividad, el compromiso y la capacidad de adaptación dentro de las organizaciones, factores clave en un mundo de negocios cada vez más dinámico.
Un equipo diverso que se siente escuchado y valorado trabaja mejor. Según Deloitte, las empresas con culturas inclusivas experimentan un 83% más de innovación y un 42% más de productividad. Esto se debe a que la diversidad de pensamiento permite una mejor resolución de problemas y toma de decisiones más informadas.
Además, la inclusión fortalece la reputación de la empresa. Los consumidores y los inversionistas están cada vez más atentos a las prácticas de responsabilidad social corporativa. Una empresa que demuestra un compromiso genuino con la diversidad no solo atrae talento de calidad, sino que también genera confianza y fidelización en su mercado.
Para que la diversidad y la inclusión sean más que palabras dentro de una estrategia corporativa, es fundamental aplicar acciones concretas. Primero, el liderazgo debe estar comprometido con la inclusión a través de políticas claras y medibles. No puede quedar solo en iniciativas aisladas de recursos humanos.
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También es clave establecer indicadores que midan el impacto de la diversidad en la empresa, desde la contratación hasta el desarrollo profesional de los colaboradores. La capacitación en sesgos inconscientes y liderazgo inclusivo es esencial para transformar la cultura organizacional, al igual que garantizar flexibilidad y equidad en la conciliación laboral, la equidad salarial y el acceso a oportunidades de crecimiento.
Las empresas que entienden la diversidad y la inclusión como una estrategia de negocio están mejor preparadas para enfrentar los desafíos del futuro. No solo se benefician de equipos más productivos y creativos, sino que también generan un impacto positivo en su entorno y en la sociedad.
En un mundo donde la sostenibilidad es clave para el éxito a largo plazo, la inclusión no puede ser una opción: es una necesidad. Este artículo es un recordatorio de que, aunque el contexto global parezca inclinarse hacia la exclusión, es responsabilidad de líderes empresariales y ciudadanos apostar por un modelo de desarrollo basado en la diversidad, la equidad y el respeto.
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Nota del editor: Jessika Slovik H. es Maestra en Derechos Humanos por la Universidad Iberoamericana. Es Fundadora y Directora de Tolerancia Activa. Ha participado en varios conferencias y artículos informativos sobre sostenibilidad para varios medios en México. Creadora y cofundadora de SPEAK ESG podcast trasmitido en Spotify y You Tube. Síguela en Facebook, Instagram y TikTok como @toleranciactiva y en Linkedin y X como Jessika Slovik. Spotify y You Tube podcast Speak ESG. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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