Animales muertos yacen esparcidos en la llanura de este pueblo ganadero del norte de México, víctimas de una sequía prolongada que está obligando a los campesinos a considerar desarraigar sus vidas del lugar para buscar tierra y agua en otro lado.
Más del 64% del territorio mexicano experimenta algún grado de sequía, según datos gubernamentales. Los estados del norte son los más afectados, en particular Chihuahua, con la mayor parte de su territorio sumido en los niveles más extremos de sequía.