Más recursos financieros
Según Vanessa Müller, socia de consultoría de Ernst & Young Business Advisory, el 2025 estará destinado a ser un momento crucial para los fondos, bancos, instituciones financieras y compañías de seguros, ya que los cambios regulatorios están reconfigurando las prácticas de finanzas sostenibles en todo el mundo.
Además, estas instituciones financieras también juegan un papel clave en el desarrollo del financiamiento sostenible, pues el cambio de paradigma del sector puede impulsar más proyectos que ayuden a combatir el cambio climático, además de inyectar capital a empresas que quieran realizar una transición sostenible.
Uno de los elementos a considerar para el próximo año es que en Europa, la Autoridad de Valores y Mercados (ESMA), ha introducido unas directrices estrictas sobre los nombres de los fondos relacionados con criterios ESG, que entrarán en vigor para los nuevos fondos a partir de noviembre de 2024 y serán obligatorias para los fondos existentes a partir de mayo de 2025.
“Estas directrices tienen por objeto eliminar la ambigüedad en el uso de la terminología relacionada con la sostenibilidad en los productos financieros. Según las nuevas normas, los fondos deben destinar al menos el 80% de sus inversiones a objetivos medioambientales o sociales, evitando al mismo tiempo la exposición a sectores controvertidos como los combustibles fósiles, la fabricación de armas y el tabaco”, indicó un reporte de EY.
Hacia una energía más verde
El 2024 se hicieron los registros de calor más altos registrados en la historia, lo que plantea los cambios necesarios en la industria energética para un menor consumo de energía fósiles y avanzar hacia la transición y transformación de todo el sector hacia un camino más verde.
“El proceso de transición energética no es algo nuevo en la historia. En el pasado ya asistimos a otros grandes cambios históricos, como el de la madera al carbón en el siglo XIX o del carbón al petróleo en el siglo XX. Lo que caracteriza esta transición respecto a la anterior es la necesidad de proteger el planeta de la peor amenaza que hemos tenido que afrontar hasta la fecha, y que tenemos que hacerlo lo más rápidamente posible”, indicó en un reporte, Enel.
Según el informe de Enel, en los últimos años la energía fotovoltaica y la eólica se han sumado a otras tecnologías ya maduras, como la hidroeléctrica y la geotérmica, y hoy son las grandes protagonistas de la transición en curso. Un verdadero cambio de paradigma centrado en la descarbonización, es decir, el abandono paulatino de las fuentes fósiles y, consecuentemente, en el cierre de las centrales de carbón.
Además, también destacó que el desarrollo de nuevos sectores, como la energía marina y el hidrógeno verde, podrían contribuir en el corto plazo a la transición, mientras que serán decisivas las tecnologías de storage, es decir, sistemas de almacenamiento de energía capaces de compensar las intermitencias de fuentes como la solar y la eólica.