Para dimensionar mejor estos efectos, la institución creó las Cuentas Económicas y Ecológicas de México (CEEM), un sistema que mide la relación entre la actividad económica y el medio ambiente, y calcula el costo real del deterioro ecológico.
Entre sus principales hallazgos, el reporte señala que el Producto Interno Neto Ecológico (PINE) alcanzó 25.7 billones de pesos en 2024, equivalente al 76.6% del PIB a precios de mercado. Este indicador descuenta del valor total de la economía, los costos asociados al agotamiento de recursos naturales y la degradación ambiental.
Los sectores que más incidieron en la disminución del PINE fueron el comercio, otros servicios y la industria manufacturera. Aunque representan pilares económicos, estas actividades generan fuertes presiones sobre los recursos naturales. A ello se suma que la combinación de sequías extremas y olas de calor está provocando afectaciones severas en la agricultura y en el suministro de agua en al menos 20 estados del país.
Dentro de los componentes del costo ambiental, la degradación representó el mayor monto, con 1.23 billones de pesos. Las emisiones al aire fueron el principal factor, con un impacto equivalente a 2.5% del PIB, seguidas por la degradación del suelo, que aportó 0.6%.
En cuanto al agotamiento de recursos naturales, los hidrocarburos encabezaron la lista con un costo de 66 mil millones de pesos. El deterioro de los recursos forestales y el agotamiento del agua subterránea representaron 0.1% del PIB cada uno, reflejando presiones acumuladas sobre estos sistemas.
El informe también detalla que el gasto público en protección ambiental ascendió en 2024 a 232,882 millones de pesos, equivalentes a 0.7% del PIB, una proporción similar a la registrada el año anterior.