La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) dio un nuevo paso en la regulación del mercado financiero en México con la emisión de nuevas disposiciones que exigirán a las empresas cumplir con estándares internacionales de sostenibilidad. A partir de 2025, todas las emisoras en el país deberán adoptar las Normas Internacionales de Sostenibilidad IFRS S1 y S2, establecidas por el International Sustainability Standards Board (ISSB), con el objetivo de fortalecer la transparencia y alinear la divulgación de riesgos y oportunidades ESG (ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) con las mejores prácticas globales.
Las empresas en México deberán cumplir con nuevas normas de sostenibilidad
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De acuerdo con Mauricio Llamas, socio de Hogan Lovells en temas regulatorios y ambientales, esta iniciativa representa un cambio fundamental en la manera en que las empresas mexicanas reportan su desempeño en sostenibilidad. "Las nuevas reglas colocan a México en una posición de liderazgo en América Latina en materia de transparencia ESG. La obligación de presentar informes bajo los estándares IFRS S1 y S2 no solo mejorará la calidad de la información disponible para los inversionistas, sino que también facilitará el acceso a financiamiento sostenible", explica Llamas.
El marco regulatorio exigirá que las empresas que preparen y publiquen un reporte anual de sostenibilidad, que deberá presentarse de manera independiente e incluir información detallada sobre cómo abordan las oportunidades y riesgos relacionados con la sostenibilidad, alineando su proceso de reporte corporativo con las expectativas de inversionistas nacionales e internacionales, explica KPMG.
Una de las preocupaciones del sector ha sido el impacto que esta normativa tendrá sobre las empresas extranjeras que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Sin embargo, la CNBV ha incluido algunas flexibilidades, como permitir que utilicen normativas de sus países de origen siempre que sean equivalentes a los estándares IFRS S1 y S2. "Esto permitirá una transición más fluida para las empresas que ya reportan bajo esquemas internacionales", añade Llamas.
Otra de las flexibilidades es que las instituciones financieras reguladas no estarán sujetas inmediatamente a esta norma, pues se emitirán requisitos específicos y diferenciados para la gradual incorporación de estas entidades en materia de sostenibilidad.
Según KPMG, la implementación de estas normas busca responder a la creciente demanda de los inversionistas por información clara, comparable y útil para la toma de decisiones. "Los inversionistas globales exigen estándares de divulgación más estrictos para evaluar adecuadamente el impacto de los riesgos climáticos y sociales en sus carteras", destacan en un reporte Ralph Menschel y Carlos Fernández, especialistas en mercados de capitales y sostenibilidad en KPMG.
En términos de impacto macroeconómico, la regulación de la CNBV podría atraer mayores flujos de inversión hacia el mercado de valores mexicano. Según un estudio de Climate Policy Initiative, la falta de atención a los riesgos climáticos podría representar pérdidas económicas de hasta 2.3 trillones de dólares a nivel mundial. "La regulación no solo responde a una tendencia global, sino que también protege la estabilidad financiera de las emisoras y del país en su conjunto", comenta Adriana Pulido, CEO de ILUNKA y especialista en sostenibilidad.
La medida también tendrá implicaciones más allá del sector financiero, afectando a las cadenas de suministro de las emisoras. Con la exigencia de reportes ESG más detallados, se espera que las empresas comiencen a solicitar información de sostenibilidad a sus proveedores, lo que acelerará la integración de criterios ASG en distintos sectores productivos. Como apoyo para la implementación de estas normas, ILUNKA, en colaboración con diversas entidades como BIVA y el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera y de Sostenibilidad (CINIF), ha lanzado el Programa de Aceleración Sostenible NIS A-1 y B-1, enfocado en preparar a empresas para la adopción de estos estándares.
A pesar de los retos que implica esta transición, las expertas coinciden en que la implementación de estos estándares fortalecerá la confianza de los inversionistas y posicionará a México como un referente en sostenibilidad dentro de los mercados emergentes. "Las empresas que se adapten con rapidez y eficacia a este nuevo entorno regulatorio tendrán una ventaja competitiva en el acceso a financiamiento y en la preferencia de inversionistas con enfoque ESG", augura Llamas.