La degradación de la tierra, la contaminación del aire y el estrés hídrico suponen una amenaza económica mundial directa, pero si se utilizaran los recursos naturales de forma más eficiente la contaminación se podría reducir a la mitad, dijo a Reuters uno de los directores generales del Banco Mundial.
Según Axel van Trotsenburg, los daños son especialmente graves para los países de renta baja más amenazados por la pobreza, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.