Dzilam de Bravo es un paradisíaco espacio en la Península de Yucatán, así como hogar de una vasta fauna. El puerto, cuyo nombre en maya significa ‘pelado o sin envoltura’, alberga a Elepetén, un cenote frecuentemente visitado en las noches por cocodrilos y otras especies; a Punta Arena, un espacio de arena y aguas bajas donde las aves se reúnen para descansar; y a Xbuya Há, un insólito manantial de agua dulce, conocido como ‘el ojo de agua’ por ubicarse en medio del mar y cuyo origen, de acuerdo con pobladores, deriva del meteorito que impactó a la Península de Yucatán hace 66 millones de años.
Esta reserva natural es la casa de coatíes, mapaches, zarigüeyas, venados, pecaríes de collar y de labios blancos, así como de felinos como jaguares, ocelotes, jaguarundis y tigrillos. También alberga a una vasta variedad de peces que, aprovechando los canales de comunicación con el mar, llegan hasta el manglar para desovar. Gracias a su riqueza natural, Dzilam de Bravo ha desarrollado su vocación pesquera y corazón económico de sus 3,500 habitantes, de los cuales alrededor de 2,800 son oriundos del municipio y el resto provenientes de entidades como Veracruz, Cancún, Campeche y Quintana Roo.