Daniela Hanauer, socia de Servicios de Sostenibilidad en PwC Alemania, destaca que tendencias como los vehículos de cero emisiones y la producción neutra en carbono reflejan la creciente relevancia de la sostenibilidad en la industria automotriz. Subraya que ya no se trata solo de cumplir regulaciones más estrictas, sino también de responder a una mayor conciencia social, a avances tecnológicos y a estándares ambientales y de derechos humanos en las cadenas de suministro.
“Los fabricantes y proveedores de automóviles deben reevaluar holísticamente la sostenibilidad de sus productos y cadenas de valor. El mayor desafío reside en cumplir requisitos legales cada vez más complejos y amplios, mientras se mantiene la rentabilidad y se satisfacen las expectativas de consumidores y grupos de interés, con el objetivo de asegurar un futuro a largo plazo”, añade Hanauer.
Lena McKnight, socia líder de Industrias Automotrices, Nueva Movilidad y Manufactura Avanzada en el Foro Económico Mundial (WEF), recuerda que, aunque el énfasis inicial estuvo en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el sector está integrando progresivamente otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Entre ellos destacan los relacionados con el cambio climático, la calidad del aire, la gestión de residuos, la biodiversidad y la preservación de energía y agua.
Uno de los cambios más visibles ocurre en el uso de materiales. Reportes de sostenibilidad de Volkswagen, Toyota, BMW y General Motors muestran un incremento en la integración de plásticos reciclados, aluminio de bajo impacto y aceros verdes producidos con energías renovables. Incluso algunas empresas han anunciado metas para que hasta el 40% de los materiales utilizados en sus vehículos provengan de fuentes recicladas o de menor huella ambiental en la próxima década.
La manufactura también avanza hacia prácticas más sostenibles. Según la Organización Internacional de Constructores de Vehículos Motorizados (OICA), plantas en México, Estados Unidos y Europa operan cada vez más con energía solar y eólica, además de incorporar sistemas de recirculación de agua y procesos de pintura de bajo consumo. Con ello buscan cumplir con los nuevos estándares de eficiencia energética y reducción de emisiones.
Martin Mariscal, oficial de Integridad, Cumplimiento y Sostenibilidad de Volkswagen de México, explica que la estrategia de sostenibilidad de la compañía se articula mediante el programa global Regenerate+, que contempla tres dimensiones: planeta, personas y sociedad. A través de un comité de sostenibilidad, Volkswagen coordina áreas como producción, gestión ambiental, logística, adquisiciones, recursos humanos y comunicación corporativa.
“Para 2050, como Grupo Volkswagen, queremos ser neutros en carbono. Pero en los centros productivos de México tenemos una ambición mayor: alcanzar la neutralidad de carbono en 2040. Además, buscamos valorizar prácticamente el 100% de nuestros residuos para evitar que terminen en rellenos sanitarios”, detalla Mariscal.
En materia de gobernanza, Mariscal recuerda la transformación del grupo tras el Dieselgate hace una década, lo que impulsó un cambio cultural hacia valores de integridad, cumplimiento y ética.