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La industria automotriz avanza con energía solar y reciclaje para ser más verde

La industria automotriz genera 10% del CO2 global, por lo que acelerar los autos eléctricos y descarbonizar su cadena de suministro se vuelve prioridad clave del sector.
jue 04 diciembre 2025 04:18 PM
Del Dieselgate a la neutralidad de carbono: la ‘reinvención’ verde de la industria automotriz
Reportes de sostenibilidad de Volkswagen, Toyota, BMW y General Motors muestran un incremento en la integración de plásticos reciclados, aluminio de bajo impacto y aceros verdes producidos con energías renovables en su proceso de producción. (AravindTeki/Getty Images/iStockphoto)

En los últimos años, los gobiernos de la Unión Europea, Estados Unidos y varias economías latinoamericanas han endurecido los requisitos de sostenibilidad, sobre todo en áreas como la reducción de emisiones contaminantes, la eficiencia energética y el uso de componentes reciclados. Esto ha obligado a las empresas del sector automotriz a acelerar inversiones en innovación y procesos más limpios para alinearse con esta tendencia global.

Las cifras evidencian la magnitud del desafío. Cada año, la industria automotriz produce unos 80 millones de vehículos, lo que demanda alrededor de 112 millones de toneladas de materiales y genera más del 10% de las emisiones globales de dióxido de carbono, según un análisis de McKinsey. Este panorama podría poner en riesgo las metas de sostenibilidad trazadas hacia 2030.

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Daniela Hanauer, socia de Servicios de Sostenibilidad en PwC Alemania, destaca que tendencias como los vehículos de cero emisiones y la producción neutra en carbono reflejan la creciente relevancia de la sostenibilidad en la industria automotriz. Subraya que ya no se trata solo de cumplir regulaciones más estrictas, sino también de responder a una mayor conciencia social, a avances tecnológicos y a estándares ambientales y de derechos humanos en las cadenas de suministro.

“Los fabricantes y proveedores de automóviles deben reevaluar holísticamente la sostenibilidad de sus productos y cadenas de valor. El mayor desafío reside en cumplir requisitos legales cada vez más complejos y amplios, mientras se mantiene la rentabilidad y se satisfacen las expectativas de consumidores y grupos de interés, con el objetivo de asegurar un futuro a largo plazo”, añade Hanauer.

Lena McKnight, socia líder de Industrias Automotrices, Nueva Movilidad y Manufactura Avanzada en el Foro Económico Mundial (WEF), recuerda que, aunque el énfasis inicial estuvo en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el sector está integrando progresivamente otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Entre ellos destacan los relacionados con el cambio climático, la calidad del aire, la gestión de residuos, la biodiversidad y la preservación de energía y agua.

Uno de los cambios más visibles ocurre en el uso de materiales. Reportes de sostenibilidad de Volkswagen, Toyota, BMW y General Motors muestran un incremento en la integración de plásticos reciclados, aluminio de bajo impacto y aceros verdes producidos con energías renovables. Incluso algunas empresas han anunciado metas para que hasta el 40% de los materiales utilizados en sus vehículos provengan de fuentes recicladas o de menor huella ambiental en la próxima década.

La manufactura también avanza hacia prácticas más sostenibles. Según la Organización Internacional de Constructores de Vehículos Motorizados (OICA), plantas en México, Estados Unidos y Europa operan cada vez más con energía solar y eólica, además de incorporar sistemas de recirculación de agua y procesos de pintura de bajo consumo. Con ello buscan cumplir con los nuevos estándares de eficiencia energética y reducción de emisiones.

Martin Mariscal, oficial de Integridad, Cumplimiento y Sostenibilidad de Volkswagen de México, explica que la estrategia de sostenibilidad de la compañía se articula mediante el programa global Regenerate+, que contempla tres dimensiones: planeta, personas y sociedad. A través de un comité de sostenibilidad, Volkswagen coordina áreas como producción, gestión ambiental, logística, adquisiciones, recursos humanos y comunicación corporativa.

“Para 2050, como Grupo Volkswagen, queremos ser neutros en carbono. Pero en los centros productivos de México tenemos una ambición mayor: alcanzar la neutralidad de carbono en 2040. Además, buscamos valorizar prácticamente el 100% de nuestros residuos para evitar que terminen en rellenos sanitarios”, detalla Mariscal.

En materia de gobernanza, Mariscal recuerda la transformación del grupo tras el Dieselgate hace una década, lo que impulsó un cambio cultural hacia valores de integridad, cumplimiento y ética.

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La dimensión social también abarca a la cadena de suministro. Volkswagen implementa el S-Rating, un sistema para evaluar el desempeño sostenible de sus proveedores, y trabaja en programas que, más allá de los donativos, generen relaciones de largo plazo con las comunidades donde opera, como Puebla y Silao, Guanajuato.

El reto regulatorio de la sostenibilidad

En Europa, Estados Unidos y Asia, las regulaciones de emisiones se han vuelto más estrictas, aunque no siempre compatibles entre sí. Para una industria globalizada, esto implica rediseñar productos, plataformas y procesos para cumplir normativas que varían según el mercado.

Las empresas coinciden en que esta falta de armonización encarece la transición y retrasa la adopción de tecnologías más limpias, sobre todo porque muchos cambios regulatorios se implementan con poca anticipación.

Fabricantes y proveedores señalan que modificaciones en límites de emisiones o ajustes en incentivos para vehículos eléctricos a menudo se producen en plazos demasiado cortos para adaptar líneas de producción o cadenas de suministro, lo que genera incertidumbre e impide planear inversiones de largo plazo en electrificación, eficiencia energética o materiales sostenibles.

“El panorama regulatorio es complejo y fragmentado, lo que constituye una barrera para establecer criterios sólidos que mantengan la sostenibilidad en la industria automotriz”, señala un reporte del WEF.

En México, Mariscal comenta que la industria automotriz avanza hacia un modelo de autorregulación, en el que las empresas buscan reducir por iniciativa propia su consumo de energía proveniente de fuentes públicas. Sin embargo, insiste en que se requieren políticas nacionales que permitan ampliar el acceso a energías renovables, mejorar el uso eficiente de recursos y fortalecer la gestión de residuos.

“La mayor área de oportunidad para México es tomarse la sostenibilidad más en serio mediante políticas públicas. Estas políticas, que ya se están desarrollando, deben tener un peso similar al de las políticas sociales, especialmente en energía renovable y economía circular, para darle a la sostenibilidad el impulso que el país necesita”, puntualiza.

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