“Es el futuro”, resaltó durante el panel Tecnología, Cambio climático y justicia, realizado en el MWC 2025. “Ahora ya estamos viendo muchos chips más eficientes, los cuales necesitan menos poder de cómputo y, por lo tanto recursos y energía, para hacer los mismos cálculos que generaciones anteriores”.
En la actualidad, un centro de datos de hiperescala, como aquellos que ya han instalado AWS, Microsoft, Google o Alibaba, entre otras empresas, puede llegar a consumir alrededor de 500 gigavatios de energía anuales, es decir, lo que se consume en zonas como Los Cabos en un año.
Contar con este tipo de características, complementó Anna Borg, CEO de la empresa que aboga por el futuro sin combustibles fósiles Vatenfall AB, permitirá seguir en el avance de la Inteligencia Artificial, la cual definió como una tecnología transformadora, ya que seguirá influyendo en la construcción de nuevos modelos de negocios.
Las desventajas de las tecnológicas
Una de las respuestas más comunes para este problema es el uso de fuentes renovables para seguir operando los grandes centros de datos en donde se entrenan las tecnologías de IA; sin embargo, las empresas de occidente, especialmente las estadounidenses, sufren de una desventaja competitiva frente a China.
De acuerdo con datos que la empresa Energía Real, especializada en la generación de energía distribuida, compartió con Expansión, entre el 70 y el 80% de la generación de electricidad a partir de fuentes renovables de Estados Unidos proviene de China.
Un ejemplo de esta situación es que tan solo durante el 2023 se importaron alrededor de 20,000 millones de dólares en paneles solares, demostrando el dominio del gigante asiático sobre Estados Unidos en términos de energías renovables.
De hecho, el dominio de China en este sector es tan grande que en el primer semestre del año pasado, la nación asiática generó tanta energía limpia como la que produjo Reino Unido sumando todas sus fuentes de energía.
“Es un reto de gran magnitud”, aceptó Badani. “Tenemos el conocimiento, pero necesitamos incrementar la generación de electricidad con una huella ambiental aceptable. O sea, no podemos dejar de producir, pero sí debemos ser más eficientes”.