Para elaborar una sola camiseta de algodón, las estimaciones de la UNCTAD indican que se necesitan 2,700 litros de agua dulce: la cantidad de agua que una persona bebe en dos años y medio.
Un informe de Epson y Green Story señala que las prendas que más agua consumen son: sudaderas, con 14,364 litros de agua; chamarras, 11,672 litros; pantalones, 6,917 litros; las faldas tiene un consumo de 6,517 litros; los abrigos en promedio consumen en su producción 5,906 litros; los calzoncillos, necesitan 2,804 litros y para producir unos calcetines se necesitan 935 litros.
Además del consumo de agua, las compras de textiles generan cada año alrededor de 270 kilogramos (kg) de emisiones de CO2 por persona. Al contabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de toda la población llegaría un total de 2,202 millones de toneladas de CO2 al año, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, lo que equivale a las emisiones de India, el tercer país más contaminante del mundo.
Ante esta situación, algunas empresas buscan que la moda sea sostenible, al adoptar prácticas más responsables, como disminuir el consumo de agua, generación de menos residuos ey uso de insumos que tengan un impacto positivo en el ambiente y la sociedad.
El cambio al outfit verde
Patagonia, la empresa de ropa para actividades al aire libre, se ha consolidado como un referente en sostenibilidad dentro del sector textil. En 1996, fue pionera en dejar de usar algodón convencional y migrar totalmente a algodón orgánico en su línea de productos. Actualmente, más del 90% de sus productos se fabrican con materiales reciclados o de bajo impacto, como algodón orgánico, poliéster reciclado y cáñamo.
La empresa también cuenta con un modelo de economía circular, que incluye el programa Worn Wear, que promueve la reparación y reutilización de prendas, además de ofrecer reventa y reciclaje. En su operación, utiliza energía 100% renovable y trabaja para alcanzar la neutralidad de carbono en toda su cadena de suministro en este año.
Además, a través de la iniciativa “1% for the Planet”, dona parte de sus ventas a organizaciones ambientales y, en un movimiento sin precedentes, su fundador Yvon Chouinard transfirió el 100% de las acciones a un fideicomiso y una organización sin fines de lucro para que las utilidades se destinen a la lucha contra el cambio climático.
En México, también hay empresas que están migrando hacia operaciones más responsables, como MAJA Sportware, una marca que nació durante la pandemia y que se especializa en ropa para deportes al aire libre.