Esta compra a nivel económico puede no ser tan significativa para las finanzas personales, pues se trata de adquisiciones semestrales. No obstante, para el medio ambiente sí representa un efecto representativo, debido a los materiales de los que están hechos. Y es que la mayoría se fabrican con plásticos derivados del petróleo que tardan más tiempo en descomponerse. Además, su gestión se hace más compleja, pues cuentan con metales y componentes electrónicos de diferentes clases y en tamaño tan reducidos que es complicado separarlos efectivamente para reciclarlos.
Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), anualmente se producen alrededor de 1.1 millones de toneladas de desechos electrónicos, que equivale al peso de más de 60,000 camiones de basura, y se espera que esta cifra crezca 17% para el 2026.
De acuerdo con Cassie Pineda, gerente de comunicación global de la empresa de accesorios Belkin, las empresas deben crear dispositivos duraderos y de calidad, pues esto disminuye los residuos y el agotamiento de los recursos naturales de la Tierra.
Pineda explica que los productos originales o licenciados pasan por pruebas de control para su venta, las cuales son importantes para probar el ciclo de vida del producto en términos mecánicos, de rendimiento y medioambientales. “El uso de cargadores no certificados puede afectar negativamente al rendimiento y la funcionalidad del dispositivo, como daños en la batería, carga lenta e incompatibilidad, lo que puede acelerar el final de la vida útil del dispositivo y contribuir a la acumulación de residuos electrónicos”, señala la especialista.
Karen Goldberg, directora de marketing de Samsung México, destaca que los accesorios son cada vez más durables y ya no se incluyen en la compra de teléfonos, porque “lo que están buscando las marcas es que no tengas siete cargadores cada vez que compres un dispositivo”.
A nivel mundial, el informe realizado por Global E-Waste Monitor señaló que cada año los residuos electrónicos aumentan en 2.6 millones de toneladas y se prevé que para el 2030 la cifra alcanzará las 82 millones de toneladas.