El aire en la ciudad boliviana de Santa Cruz figura en condición de "extremadamente malo" y las autoridades sanitarias han recomendado el uso de tapabocas.
Los impactos también son económicos: las pérdidas en el sector agropecuario brasileño ascendieron a 14,700 millones de reales (2,700 millones de dólares) entre junio y agosto, en su mayoría en cultivos de caña alcanzados por las llamas, según el gremio.
En Ecuador, más de dos meses sin lluvias tienen al país en "déficit hidráulico" y bajo un racionamiento energético. Casi 45,000 animales de granja murieron.
¿Qué hacen los gobiernos?
Miles de bomberos y militares fueron movilizados. España y Venezuela, uno de los pocos países de la región a salvo de las llamas, enviaron expertos a Bolivia.
"Todos quieren contratar miles de brigadistas, comprar aviones, etcétera. Está bien, pero es muy poco y llega muy tarde", critica Berenguer.
"Necesitamos prevenir los incendios, porque una vez que toman fuerza son muy difíciles de combatir", agrega esta experta, al abogar por contener la deforestación y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
"La mayoría de modelos climáticos muestran que estos eventos van a ser cada vez más intensos y frecuentes", concluye.