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La conservación del Río Colorado y su papel clave para Baja California

La preservación del Río Colorado es estratégica para el agua, los ecosistemas y la actividad agrícola de Baja California en tiempos de sequía, presión hídrica y cambio climático.
jue 25 diciembre 2025 05:55 AM
Río Colorado y medio ambiente
Más allá del uso humano, el Río Colorado cumple una función ambiental esencial. En su delta, los humedales y zonas riparias actúan como refugio de aves migratorias y especies endémicas, además de contribuir a la regulación climática local. (Cortesía)

El Río Colorado es la principal fuente de agua superficial para Baja California y uno de los pilares de su desarrollo agrícola, urbano y ambiental. De su caudal dependen tanto la producción de alimentos como el suministro para centros urbanos y la estabilidad de ecosistemas clave. Sin embargo, su conservación se ha vuelto prioritaria ante la disminución sostenida del recurso y la creciente demanda en toda la cuenca.

No obstante, El río abastece al Valle de Mexicali, una de las regiones agrícolas más relevantes del país, y a ciudades como Mexicali y Tijuana. Décadas de sobreexplotación, el aumento de las temperaturas y la reducción de aportaciones provenientes de Estados Unidos han puesto en riesgo la disponibilidad futura del agua, elevando la vulnerabilidad hídrica de la región.

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Más allá del uso humano, el Río Colorado cumple una función ambiental esencial. En su delta, los humedales y zonas riparias actúan como refugio de aves migratorias y especies endémicas, además de contribuir a la regulación climática local. La degradación de estos ecosistemas ha reducido la biodiversidad y debilitado la capacidad natural del sistema para adaptarse a un entorno cada vez más extremo.

Frente a este panorama, la conservación del río ha impulsado acuerdos binacionales, proyectos de restauración ecológica y una gestión más eficiente del recurso, orientados a equilibrar el uso productivo con la protección ambiental. Para Baja California, el futuro del Río Colorado no solo define la seguridad hídrica, sino también la viabilidad económica y ecológica de la región.

En este contexto de alto estrés hídrico, el sector privado ha comenzado a jugar un papel relevante. Un ejemplo es Heineken México, que alcanzó un hito al lograr el balance hídrico en su planta de Tecate, Baja California, cuatro años antes de su meta global de 2030. Esto implica que la empresa devuelve a la naturaleza el 100% del agua contenida en los productos elaborados en esta instalación, lo que se traduce en el reabastecimiento de 800 mil metros cúbicos a la cuenca del Río Colorado entre 2019 y 2024.

Oriol Bonaclocha, director general de HEINEKEN México, señala que esta visión global refleja que creen firmemente que el crecimiento y desarrollo del negocio pueden ir de la mano con la sustentabilidad, prueba de ello es el proyecto de restauración del Río Colorado, que combina una serie de medidas implementadas para optimizar el uso del agua al interior de la planta de Tecate, con las que se ha alcanzado un equilibrio hídrico.

"Este resultado es fruto de una estrategia integral de sustentabilidad que combina eficiencia operativa, ciencia y colaboración multisectorial. Bajo su iniciativa global Brindar un Mundo Mejor, la compañía estructura su gestión del agua en tres ejes: reducción, reuso y reabastecimiento", agrega.

Bonaclocha resalta que México se posiciona como el mercado más eficiente de Heineken a nivel mundial en consumo hídrico, con un promedio de 2.4 litros de agua por litro de cerveza producida, cifra que desciende hasta 1.7 litros en la planta de Meoqui, Chihuahua.

El director general de la cervecera destaca que la solidez del balance hídrico alcanzado en Tecate está respaldada por una metodología científica del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), con análisis del consultor independiente Limnotech y auditorías externas que garantizan la transparencia y efectividad de las acciones implementadas.

Tanto los directivos de Heineken como de la organización Restauremos el Colorado, coinciden en que el impacto va más allá de la eficiencia industrial. A través de la colaboración con la alianza Revive el Río Colorado y la organización, el proyecto ha contribuido a la restauración ecológica del delta. En zonas donde el cauce permaneció seco durante décadas, se han reactivado tramos del río y reintroducido más de 9,000 plantas nativas, particularmente en áreas como el Vado Cebollero.

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Los resultados comienzan a ser visibles. El regreso de más de 150 especies de aves, así como la presencia de fauna como castores, linces y tortugas, confirma la recuperación progresiva de un ecosistema considerado entre los más degradados de Norteamérica.

El componente social ha sido igualmente determinante, aunque no exento de desafíos. En un inicio, algunos productores agrícolas percibieron los esfuerzos de restauración como una amenaza a su acceso al agua. Sin embargo, el diálogo continuo y la evidencia de beneficios compartidos permitieron revertir esta resistencia. Un ejemplo es el trabajo con la comunidad Cucapá, donde se impulsaron proyectos productivos como la apicultura, fortaleciendo la economía local y el vínculo con la conservación ambiental.

"El principal reto es que el usuario nos vea como un usuario más del agua y que traemos beneficios generales que a primera vista no se aprecia. Esa conversación ha tomado 10 años, entonces ha sido una labor de ponernos en los zapatos de cada productor y explicarles y que vean los beneficios, con el tiempo ha sido más fácil", explica Antonio Benavent, director de Restauremos el Colorado.

El proyecto cuenta además con el respaldo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y se alinea con el Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, reforzando su dimensión de gobernanza y su contribución a los objetivos públicos de gestión hídrica.

De cara al futuro, Inti Pérez, directora de Sustentabilidad y Responsabilidad Social Corporativa de Heineken México, dice que se busca replicar este modelo en otras regiones con estrés hídrico, como Monterrey, Toluca, Guadalajara y Meoqui, adaptando las soluciones a cada territorio mediante prácticas como agricultura regenerativa, conservación de suelos y restauración de ecosistemas.

Por su lado, los representantes de la Conagua explican que con la experiencia que se genera con el delta del Río Colorado se demuestra que la cooperación entre empresas, autoridades y sociedad civil puede transformar paisajes áridos en espacios de resiliencia ecológica, y marcar un nuevo estándar para la gestión responsable del agua en México.

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Agua Calentamiento global

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