Esta elevada participación responde a la alta densidad poblacional, la intensa actividad industrial y logística, así como a la concentración de servicios, transporte y consumo energético. En el caso del puerto de Manzanillo, su relevancia se explica por el volumen de comercio marítimo y terrestre, que incrementa las emisiones asociadas al transporte de mercancías y al uso de combustibles fósiles.
Las emisiones registradas en estas zonas incluyen dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, gases con un alto potencial de calentamiento global y un impacto directo en la aceleración del cambio climático.
Los municipios como Ensenada, en Baja California; Lázaro Cárdenas, en Michoacán; y Silao, en Guanajuato, tienen un incremento de sus emisiones de carbono equivalente (CO2e) de 8.2%, 6.0% y 4.2%, respectivamente. En estos territorios confluyen puertos industriales, corredores automotrices, plantas de generación eléctrica y centros logísticos que elevan la presión ambiental.
En el caso de Ensenada, la actividad portuaria, el transporte marítimo y terrestre, así como la generación eléctrica y la industria asociada a la exportación, explican buena parte del aumento de emisiones. A esto se suma el crecimiento urbano vinculado al comercio y al turismo, que incrementa la demanda energética y los desplazamientos vehiculares. La combinación de estas fuentes convierte al municipio en un punto crítico de emisiones dentro del noroeste del país.
Lázaro Cárdenas destaca por albergar uno de los puertos industriales más importantes del Pacífico mexicano, con una intensa operación siderúrgica, manejo de carga a gran escala y un flujo constante de transporte pesado. Estas actividades, fundamentales para el comercio exterior y la industria nacional, dependen en gran medida de procesos de alto consumo energético, lo que se traduce en mayores emisiones de CO2e y en una presión ambiental creciente para la región.
Silao, por su parte, se ha consolidado como un eje del corredor automotriz del Bajío, con plantas ensambladoras, proveedores de autopartes y centros logísticos que operan de forma continua. La fabricación de vehículos, el transporte de insumos y productos terminados, así como la demanda eléctrica de los parques industriales, explican el aumento de sus emisiones.