La mayor parte de estas emisiones proceden de la combustión de carbón, petróleo y gas. Según el informe, esas emisiones ascenderán a 37,400 millones de toneladas en 2024, un 0.8% más que en 2023.
El resto procede del uso del suelo, categoría que incluye la deforestación y los incendios forestales. El informe, elaborado por más de 80 instituciones, ha sido dirigido por la Universidad británica de Exeter.
"No vemos ningún indicio de que las emisiones de combustibles fósiles alcancen su punto máximo en 2024", afirmó el autor principal, Pierre Friedlingstein, científico del clima de la Universidad de Exeter.
Sin un recorte inmediato y pronunciado de las emisiones en todo el mundo, "nos meteremos directamente en el objetivo de 1.5 grados Celsius, lo pasaremos y seguiremos", afirmó.
Los países acordaron en el marco del Acuerdo de París de 2015 tratar de impedir que las temperaturas mundiales aumenten más de 1.5 grados Celsius para evitar los peores efectos del cambio climático. Esto requeriría fuertes recortes de emisiones cada año desde ahora hasta 2030 y más allá.
En cambio, las emisiones de los combustibles fósiles han aumentado en la última década. Las emisiones derivadas del uso de la tierra habían disminuido en ese periodo hasta este año, cuando una grave sequía en la Amazonia provocó incendios forestales que elevaron las emisiones anuales derivadas del uso de la tierra en un 13.5%, hasta 4,200 millones de toneladas.
Algunos científicos afirman que esta lentitud significa que el objetivo de 1.5 ºC ya no es realista.
Según los autores, los datos de emisiones de este año muestran que algunos países están expandiendo rápidamente las energías renovables y los coches eléctricos.