Según Adrián Fernández, director ejecutivo de Iniciativa Climática México (ICM), para que México logre "mayor ambición en la implementación de acciones de mitigación y adaptación," es fundamental que se concreten acuerdos de financiamiento climático, que es crucial para complementar los recursos públicos asignados a iniciativas contra el cambio climático.
Uno de los objetivos de la COP29 es precisamente lograr un nuevo acuerdo de financiamiento climático; es decir, la cantidad que se deberá destinar a las naciones menos desarrolladas para ayudarles a mitigar sus emisiones. La meta es ambiciosa: se busca un acuerdo de un billón de dólares. Además del monto, se deberá asignar a los países que tendrán que aportar ese dinero.
Pero no todo depende de lo que hagan otras naciones, México tendrá que presentar un objetivo más ambicioso y su plan para lograrlo, para ello será clave la política energética presentada por la nueva administración de Claudia Sheimbaum.
Mariana Gutiérrez, gerente de Política y Transparencia Climática de ICM, explicó que en la COP28 se reconoció la "insuficiencia de los esfuerzos para alcanzar los objetivos" de mitigación y adaptación. Además, se identificó un "distanciamiento entre la política energética y la agenda climática", dado que el sector energético sigue siendo responsable de aproximadamente el 75% de las emisiones globales. Esta desconexión destaca la urgencia de transitar rápidamente hacia energías renovables y alejarse de los combustibles fósiles, un compromiso que México debe reforzar en la COP29.
México es uno de los pocos países del G20 que aún debe "dar claridad de cómo va a cumplir esa meta del 2050" para la neutralidad de carbono, explicó Luisa Sierra, directora ejecutiva del Instituto de Desarrollo, Energía y Ambiente. Aunque México ya presentó su compromiso de emisiones netas cero en 2050, Sierra destaca que aún es necesario precisar las estrategias y medidas para alcanzar esta meta. La hoja de ruta actual de México, que incluye 139 medidas de reducción, se centra en sectores clave como el transporte, la electricidad y la eficiencia energética.
Otro reto que enfrenta México es la necesidad de incrementar la ambición en sus próximas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), que son las reducciones previstas de las emisiones de gases de efecto invernadero, una actualización que corresponde a la nueva administración en 2025. Este proceso de revisión de las NDC es una oportunidad para que el país mejore su compromiso climático. Como explica Sierra, al actualizar una NDC, el país debe cumplir con el principio de progresividad, lo que implica presentar una meta de reducción de emisiones más ambiciosa cada cinco años. De acuerdo con Sierra, México podría alcanzar hasta un 47% de reducción de emisiones en un escenario condicionado, es decir, si recibe asistencia técnica, financiamiento y transferencia de tecnología.