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¿Qué tan sostenible es tener un árbol de Navidad natural?

Los árboles de Navidad son un componente esencial de este periodo festivo y optar por uno natural podría tener más ventajas de sostenibilidad que uno de plástico.
mar 17 diciembre 2024 05:00 AM
arboles y sustentabilidad
Los árboles de Navidad naturales suelen tener una huella de carbono media de 3.5 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) si se eliminan mediante métodos sustentables.

El árbol de Navidad es la decoración más importante en todo el mundo en estas fiestas decembrinas. Reflexionar sobre el impacto ambiental de elegir entre un árbol natural o artificial puede ser un paso importante para tomar conciencia sobre la huella ecológica que generan nuestras decisiones de compra en esta temporada.

La organización Nature Conservacy señala que aunque existe el debate si es o no sostenible tener un árbol natural, el impacto ambiental deberá medirse de acuerdo a tres factores como el lugar donde se compre (que cuenten con certificaciones), el proceso de producción y el método de reutilización en el que se aprovecha el ciclo final del árbol.

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La organización Earth.com menciona que los árboles de Navidad naturales suelen tener una huella de carbono media de 3.5 kilogramos de dióxido de carbono (CO2), si se eliminan mediante métodos como la trituración de madera o la quema. Sin embargo, si se dejan descomponer en vertederos, su huella de carbono se multiplica hasta cuatro veces para alcanzar los 16 kilogramos de CO2.

Forest Stewardship Council (FSC), una organización certificadora de bosques sostenibles, señala en un reporte que las empresas que manejan un cultivo responsable de árboles de Navidad son lugares en donde se han restaurado el hábitat de los corredores biológicos de aves, insectos, pequeños mamíferos y reptiles.

Además, FSC recalca que se ha demostrado que las plantaciones de árboles navideños han ayudado a mejorar los servicios ambientales como la calidad del agua, la producción de oxígeno, la regulación de la temperatura y la absorción de CO2, además de tener un factor social importante en las comunidades aledañas.

En México, una empresa certificada por FSC, es Árboles de Navidad Villa del Carbón, en el Estado de México, que con ayuda de los pobladores que forman parte de los Silvicultores Unidos de la Cuenca del Alto Pánuco (SUCAP) han buscado soluciones para la conservación y mantenimiento de sus bosques implementando estrategias productivas sostenibles.

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Mauricio La Valle, coordinador de ventas de la SUCAP, explica que han trabajo por tener un producto sustentable y la certificación FSC ayuda a que los compradores tengan la seguridad de que su árbol tiene un efecto positivo en términos sociales y ambientales.

La Valle dijo que entre las prácticas que exige la certificación es que las plantaciones que se hagan en la región no implique ningún riesgo para el trabajador y que en el manejo de las plantaciones se cuide a las especies, que no se utilicen pesticidas artificiales, que no estén genéticamente modificados para no alterar el orden del ecosistema y además, no se permite la conversión de los bosques para su uso comercial (las que se usan eran agrícolas). El coordinador de ventas en Árboles de Navidad Villa del Carbón también resalta que el tema social es muy importante, pues se pide que no se involucre el trabajo infantil, que se respete el derecho de los trabajadores y de las comunidades indígenas.

“A las personas que vienen a comprar un árbol les comentamos que es importante cerciorarse de que el árbol sea legal, es decir, que tenga todos los permisos de aprovechamiento. Además, es importante que sea nacional, aunque es una realidad que no podemos satisfacer la demanda de árboles en el país, pero esto ayuda a la economía de las comunidades locales. Por último, que se fijen en las certificaciones, ya que esto es garantía de que estamos haciendo un manejo responsable de las plantaciones”, añadió La Valle.

El representante de la SUCAP dice que en esa región del Estado de México se ofrecen árboles de las especies endémicas como Ayacahuite, Pseudotsuga y Oyamel que tardan de siete a 10 años en crecer para su venta que, dependiendo el tamaño (los más grandes hasta dos metros), rondan entre los 800 a los 1,100 pesos.

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Otra vida al plástico

Respecto a los árboles artificiales, la organización Earth.com indica que si las personas desechan un árbol de plástico de dos metros de altura, este tendrá un impacto de 40 kilogramos de carbono; es decir, sería necesario reutilizar un árbol de Navidad artificial durante al menos 12 años para igualar el costo ambiental de un árbol natural.

Por otro lado, un reporte de la Universidad de Yale menciona que aunque los árboles de plástico no son los más sustentables, las personas suelen elegirlo por sus menores costos y su durabilidad. Por ello, destaca que la mejor manera de aminorar su huella de carbono es optar por otras vías de reciclado.

“Los plásticos no son biodegradables, por lo que deshacerse de los árboles artificiales es un problema. Aunque el PVC es reciclable, los árboles artificiales están hechos de materiales compuestos y no se pueden reciclar fácilmente, por lo que debes intentar quitar las partes plásticas del metal antes de hacerlo. La mejor opción es donar tu árbol artificial o regalárselo a un amigo o familiar. También puedes intentar reciclar sus partes para hacer otras decoraciones en tu hogar”, agregan en el reporte.

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