La organización Earth.com menciona que los árboles de Navidad naturales suelen tener una huella de carbono media de 3.5 kilogramos de dióxido de carbono (CO2), si se eliminan mediante métodos como la trituración de madera o la quema. Sin embargo, si se dejan descomponer en vertederos, su huella de carbono se multiplica hasta cuatro veces para alcanzar los 16 kilogramos de CO2.
Forest Stewardship Council (FSC), una organización certificadora de bosques sostenibles, señala en un reporte que las empresas que manejan un cultivo responsable de árboles de Navidad son lugares en donde se han restaurado el hábitat de los corredores biológicos de aves, insectos, pequeños mamíferos y reptiles.
Además, FSC recalca que se ha demostrado que las plantaciones de árboles navideños han ayudado a mejorar los servicios ambientales como la calidad del agua, la producción de oxígeno, la regulación de la temperatura y la absorción de CO2, además de tener un factor social importante en las comunidades aledañas.
En México, una empresa certificada por FSC, es Árboles de Navidad Villa del Carbón, en el Estado de México, que con ayuda de los pobladores que forman parte de los Silvicultores Unidos de la Cuenca del Alto Pánuco (SUCAP) han buscado soluciones para la conservación y mantenimiento de sus bosques implementando estrategias productivas sostenibles.