Publicidad

El reciclaje encamina a la industria del acero y plástico hacia la circularidad

El reciclaje se consolida como una práctica esencial para la sostenibilidad ambiental de las empresas, principalmente en productos derivados del acero y plástico.
lun 28 abril 2025 08:29 AM
residuos y reciclaje
Los expertos mencionan que las empresas deben ver a los residuos como una fuente de insumos para su proceso de producción.

Desde hace tres años, Susana Martínez recicla los envases de plástico y latas de aluminio para poder venderlos en centros de reciclado cerca de su colonia en la Alcaldía Iztapalapa, lo que le genera un pequeño ingreso que utiliza como ahorro.

“Me habían comentado que el PET y las latas las compran a buen precio. Me propuse a recolectar envases que se generan en las compras diarias, reuniones familiares, fiestas y eventos cerca de mi casa para poder venderlas al cabo de unas semanas, cuando ya tengo varias bolsas llenas de plástico o aluminio me pagan en promedio cerca de 500 pesos cada 15 días”, dice Martínez.

Publicidad

Para Susana y las cerca de 400,000 personas que recolectan plástico y metales, el reciclado es una ventana de oportunidades que genera un impacto social, económico y ambiental. Al día, estas personas recolectan 120,128 toneladas de residuos sólidos, de las cuales, el 46% corresponde a orgánicos; el 12% corresponden a envases y empaques de plásticos (PET, PEAD, PEBD); y el 5% corresponde a desechos de metales, según datos de Ecoce.

Pero el reciclado también se vuelve atractivo para las empresas. La industria del reciclado de plástico y acero (dos de los principales residuos que se generan en México) toma relevancia para las compañías que buscan generar un menor impacto al medio ambiente, ser más competitivos y avanzar hacia sus metas de sustentabilidad.

“La economía circular ofrece un marco viable para ese cambio transformador del cual todos podemos ser parte, crea oportunidades para un nuevo y mejor modelo de crecimiento, que no solo ayuda a proteger y recuperar la biodiversidad, sino que también brinda otros beneficios para toda la sociedad como ayudar a enfrentar el cambio climático, mejorar la calidad del aire y el agua y reducir el costo de acceso a bienes y servicios”, indica Diana Peláez, líder nacional de certificaciones, comisionamiento y rankings sostenibles del Tecnológico de Monterrey.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca que aunque el reciclado forma parte esencial de una estrategia de economía circular, este debe de ir acompañado por estrategias para repensar, reducir, reutilizar, reparar, recuperar y responsabilizar (las siete R´s) cada una de las acciones de la empresa.

Publicidad

Un círculo de plástico

El tratamiento del plástico es uno de los mayores problemas del mundo, pues aunque se sabe que es uno de los principales contaminantes del mundo, tampoco se puede sustituir tan fácilmente. Por ello, la industria del plástico implementa tecnología y técnicas de economía circular que mitigan su impacto al planeta.

En México, el plástico que más se recicla es el PET (tereftalato de polietileno), que representa el 6% del total de residuos generados al día y la mitad de los plásticos que se desechan. Además, en los últimos 12 años, se ha recuperado más del 50% de los envases de PET enviados al mercado. Según la Ecoce, la meta para el 2025 es llegar a una tasa del 70%, y para el 2030 del 80%.

“Con una buena gestión, los materiales reciclados pueden integrarse completamente a los procesos productivos, pues las empresas no deben de verlo como un residuo, sino como un insumo. Esto implica que tengamos muy claro donde inician estos procesos circulares, no solo desde el diseño del producto, sino desde el punto de la separación”, dice Mayra Hernández, directora de asuntos públicos de Ecoce.

En el marco del “Foro Nacional de Reciclaje en México: Economía Circular, Fiscalidad y Legislación” en la Cámara de Diputados, Hernández recalca que la circularidad en las empresas debe ser transversal, es decir, que permita el desarrollo de su competitividad, y que a su vez, esta pueda generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.

Sin embargo, Greenpeace indica que existe un rezago para la identificación de qué plásticos pueden ser reciclados. Existen miles de plásticos que comúnmente se dividen en siete tipos, esto según la clasificación que en 1988 hizo la Sociedad de la Industria de Plásticos. De acuerdo con las características, usos y composición de cada uno, cuando se convierten en residuos unos son más difíciles de reciclar que otros.

“Es difícil reciclar los residuos plásticos que fueron degradados por el sol durante mucho tiempo porque pierden calidad; y no es posible reciclar los plásticos cuya composición se desconoce porque esto puede alterar todo el proceso de reaprovechamiento”, recalca la organización.

Publicidad

De chatarra a insumo

El acero es un componente que se utiliza en diversos sectores de la economía. Su uso puede aplicarse a la construcción de edificios y puentes hasta automóviles y maquinaria, lo que convierte a este insumo en un pilar del desarrollo económico de los países que dependen de estas industrias.

Según datos de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero), en el mundo se producen cerca de 1,900 millones de toneladas cada año y el 17% del acero se recicla en el mundo, mientras que en México sólo es el 5%.

Edgar Torres, subdirector de Asuntos Corporativos de Grupo DeAcero comenta que las industrias de la construcción, automotriz, ferroviaria y de infraestructura utilizan acero reciclado sin afectar la seguridad o la durabilidad de sus productos. Además, el proceso de reciclaje permite eliminar impurezas y controlar la composición química, en el que asegura que el acero reciclado cumpla con los estándares de calidad requeridos para su aplicación.

DeAcero tiene entre sus objetivos aumentar su capacidad de reciclaje a más de 4.7 millones de toneladas anuales en los próximos años. Para lograrlo, la empresa dice que piensa en una inversión de 1,000 millones de dólares en los próximos tres años, enfocada principalmente en el desarrollo del "acero verde" y en la mejora de sus procesos de reciclaje.

“La producción de acero a partir de chatarra como ejemplo de producción sustentable, ya que reduce el impacto ambiental al disminuir la necesidad de extraer recursos vírgenes. El uso de chatarra no solo implica una menor huella ecológica, sino que también mantiene la calidad del acero, un material que se recicla más que cualquier otro en el mundo sin perder sus propiedades”, menciona Torres.

El directivo de la empresa siderúrgica reconoce que existen desafíos como la disponibilidad limitada de chatarra y su clasificación como residuo en lugar de materia prima. Refiere que aunque el país es un gran productor y consumidor de acero, la oferta de chatarra no es suficiente para satisfacer la demanda de la industria siderúrgica, ya que muchos productos de acero tienen una vida útil prolongada antes de convertirse en material reciclable.

Publicidad