"Es probable que la ola de calor sea larga y persista, al menos, hasta el próximo domingo", agregó.
Los termómetros podrían alcanzar los 42 ºC este domingo en puntos de Extremadura (oeste) o Andalucía (sur), donde se concentran gran parte de los avisos naranjas —el segundo más importante— emitidos en España por Aemet.
Amplias zonas del país se encuentran igualmente en riesgo extremo por incendios, mientras los bomberos seguían tratando de controlar el fuego declarado en la localidad gallega de Vilardevós (noroeste), que ya arrasó unas 570 hectáreas.
La escalada de las temperaturas afecta igualmente a la vecina Portugal, donde el gobierno declaró una alerta preventiva por "riesgo muy elevado" de incendios desde el domingo hasta el jueves.
La decisión implica, entre otros, la prohibición de encender hogueras o lanzar fuegos artificiales, así como de circular por ciertos espacios forestales, y aumenta los efectivos preparados.
"La próxima semana será difícil", había reconocido el sábado la ministra de Administración Interna, Maria Lúcia Amaral.
Los bomberos portugueses luchaban este domingo contra varios fuegos, los más preocupantes en el distrito de Vila Real (norte), donde trabajaban centenares de efectivos.
Más de 25,700 hectáreas han ardido en Portugal en lo que va de año, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (Effis).
La península ibérica ya se vio muy afectada por la ola de calor que golpeó gran parte de Europa a finales de junio e inicios de julio. España vivió el mes de junio más caluroso jamás registrado, con una temperatura media de 23.7 °C, según Aemet.
Los científicos alertan desde hace años sobre el impacto del cambio climático en las olas de calor, sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más intensos y frecuentes.