Las grandes ciudades del mundo se enfrentan a un problema recurrente: contingencias ambientales por la mala calidad del aire.
En la Ciudad de México, el programa Hoy No Circula es la herramienta para disminuir las emisiones de gases como el dióxido de carbono, metano y el óxido nitroso, causantes de más de 21,000 muertes al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hace 37 años, la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se consideraba el lugar con mayor densidad poblacional y la más contaminada del planeta, según reportes de la Universidad de Harvard y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El entonces gobierno del Distrito Federal puso en marcha el programa Hoy No Circula, para que el 20% del parque vehicular dejara de transitar.
Óscar Peralta, profesor e investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, señala que el programa en un principio se ideó para los 1.5 millones de vehículos de motor que, según datos de Inegi, circulaban por la ciudad entonces.
Sin embargo, con el crecimiento exponencial de los vehículos en circulación, que ya suman 6.5 millones, el programa se quedó corto.
Además, "la flota de motocicletas se multiplicó y no están contempladas en el programa ni en el plan de verificación, como lo que pasa con muchas de las unidades del transporte público, lo que impacta en la calidad del aire”, comenta Peralta.
El 2024 fue el año con más contingencias ambientales en la zona metropolitana, con 12 días de activación atmosférica por altos niveles de ozono, el registro más alto desde 1993, cuando comenzaron los registros. Este año, hasta el 11 de marzo, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) ha registrado tres días de activaciones de contingencia en fase uno.
Guillermina Barrera, consultora en Medio Ambiente, Economía Circular y Cambio Climático, dice que aunque la contaminación prevalece, las repercusiones en la salud son menores por los diferentes gases que se emiten a la atmósfera.
En la década de los noventa, la mala calidad de la gasolina y los poco procesos de mantenimiento eran responsables de la emisión de dióxido de azufre, el óxido de nitrógeno y plomo, elementos que al tener contacto con el ozono formaban lluvia ácida y un smog tan denso que representaba respirar casi dos cajetillas de cigarro para la población, cuenta la especialista.
La experta explica que las condiciones han cambiado, la modernización de los vehículos ha disminuido esos gases, aunque se emite una mayor de dióxido de carbono por el aumento del parque vehicular.
Una de las alternativa que puede ser más eficiente, explica Peralta, es la regulación y verificación de las motocicletas, pues aunque sus emisiones son bajas, estos vehículos van en aumento y ya suman 716,400 en la Ciudad de México, de acuerdo con Inegi.
Otra de las soluciones es la regulación del transporte público, pues no es eficiente. El experto de la UNAM dice que el gobierno y las empresas deben dirigir sus esfuerzos para innovar y diversificar el modelo de transporte público en la zona metropolitana.
El incentivo para el uso de autos eléctricos e híbridos es otra estrategia para reducir las emisiones. De hecho, ya existen programas en marcha, ya que estos vehículos pueden circular todos los días y están exentos del pago de tenencia, señala Barrera.
La consultora destaca que en el tema de sostenibilidad existen propuestas para que más vehículos se sumen y tengan estos beneficios, como el convertir tu motor de combustión fósil a eléctrico e innovaciones a base de hidrógeno.
