Recientemente se publicó un informe que expone un panorama desalentador en cuanto al avance global hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según este documento, solo un 17% de los objetivos están en camino de ser alcanzados para 2030, y cerca de la mitad muestra desviaciones significativas y negativas respecto a las trayectorias proyectadas. Este análisis enfatiza la urgencia de adoptar medidas más efectivas y coordinadas para cumplir con la Agenda 2030.
Objetivos de Desarrollo Sostenible, estrategias para la acción empresarial
Integrar los ODS en los ciclos de negocio y reporte permite a las empresas concentrarse en crear un valor compartido que sea visible y cuantificable.
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El sector privado desempeña un papel fundamental en este proceso. Dada su capacidad de influencia y recursos, las empresas tienen la posibilidad única de liderar la transición hacia un modelo de desarrollo más sostenible. No obstante, para que su contribución sea efectiva, es crucial que adopten estrategias claramente definidas y alineadas con los ODS.
El primer paso para las empresas es identificar cómo los ODS se relacionan con sus operaciones. Esto implica un enfoque estratégico para alinear las prioridades corporativas con los ODS relevantes, mejorando así la interacción con clientes, empleados y otros interesados, y maximizando el impacto positivo.
Deben empezar por identificar los ODS que representan los mayores riesgos y oportunidades a largo plazo y determinar dónde pueden contribuir de forma más efectiva. Es crucial ajustar sus modelos de negocio, estrategias de adquisiciones y la oferta de productos y servicios para ampliar su impacto hacia los objetivos seleccionados. Además, un compromiso público con los ODS solidifica la intención de abordar estos objetivos de manera transparente y responsable.
Una vez establecida la conexión con los ODS relevantes, el siguiente paso es desarrollar objetivos específicos y KPIs para monitorear y comunicar el progreso. Estos indicadores deben estar estrechamente alineados con los ODS y reflejar tanto el rendimiento actual como las metas a futuro.
Es fundamental que las empresas alineen sus estrategias de sostenibilidad y la estrategia corporativa general con estos objetivos. Necesitan reevaluar y modificar sus modelos de negocio, procesos de desarrollo de productos y servicios, cadenas de suministro y enfoques de investigación y desarrollo para garantizar que todos los esfuerzos estén sincronizados con los ODS.
Además, los ODS proporcionan un marco robusto para identificar y desarrollar nuevas oportunidades de negocio que generen ingresos y contribuyan a la resiliencia y prosperidad de las comunidades. Las empresas deben explorar geografías y segmentos de la sociedad desatendidos con productos y servicios innovadores que puedan abrir y expandir mercados, promoviendo al mismo tiempo el desarrollo sostenible.
La colaboración es un enabler clave en la agenda de los ODS, dado que ningún actor puede resolver los complejos desafíos globales en solitario. Las empresas deben buscar activamente alianzas dentro de su sector y más allá, facilitando soluciones beneficiosas mutuamente y escalando los esfuerzos hacia un impacto significativo.
La medición y la comunicación de los esfuerzos y resultados también son fundamentales. Integrar los ODS en los ciclos de negocio y reporte permite a las empresas concentrarse en crear un valor compartido que sea visible y cuantificable. Al alinear los reportes y comunicaciones con los ODS, las empresas pueden establecer un diálogo común con los interesados, basado en un lenguaje y expectativas compartidos.
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Para cerrar, es esencial reconocer que la integración de los ODS en las estrategias empresariales representa una inversión en la viabilidad a largo plazo de las empresas. Al asumir un papel activo en la promoción de estos objetivos, las empresas no solo contribuyen a soluciones globales, sino que también se benefician de operaciones más resilientes y adaptativas frente a los desafíos emergentes del mercado.
Las empresas que lideran con el ejemplo en sostenibilidad establecen un estándar que repercutirá en toda la industria, impulsando un cambio que trasciende las fronteras corporativas y geográficas. Este liderazgo en sostenibilidad se traduce en un crecimiento continuo y en la apertura de nuevos mercados, lo que demuestra que las decisiones éticas pueden coexistir con los éxitos económicos.
Además, al forjar alianzas estratégicas y al fomentar una colaboración efectiva más allá de los límites sectoriales, las empresas pueden ampliar su impacto y acelerar el progreso hacia los ODS. Estas colaboraciones son vitales para enfrentar los retos complejos de nuestro tiempo, proporcionando una plataforma robusta para la innovación y la acción colectiva.
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Nota del editor: Antonio Vizcaya Abdo, consultor en distintas organizaciones y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México enfocado en Sostenibilidad Corporativa. Reconocido por LinkedIn como Top Voice en Sostenibilidad. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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