Publicidad

Educación para el desarrollo sostenible, un compromiso de todos

Las instituciones educativas son actores indispensables en la creación de conciencia sobre la sostenibilidad, ya que su función va más allá de la transmisión de contenidos.
mar 11 marzo 2025 05:59 AM
Educación para el desarrollo sostenible, un compromiso de todos
Bajo el concepto de la EDS (Educación para el Desarrollo Sostenible), las escuelas, universidades y centros de formación deberían integrar los principios de sostenibilidad en sus programas académicos, apunta Jorge Reyes Iturbide.

En la actualidad, la sostenibilidad se ha convertido en un desafío cada vez más urgente que exige la acción colectiva de todos los sectores, involucrando a gobiernos, empresas, y organizaciones de la sociedad civil. En este contexto, la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) juega un papel fundamental, pues busca informar y transformar la manera en que pensamos y actuamos frente a los retos globales, al desarrollar habilidades, conocimientos y actitudes que nos permitan tomar decisiones responsables que favorezcan un futuro más equilibrado, justo y respetuoso con las personas y el medio ambiente.

Publicidad

Desde luego, las instituciones educativas son actores indispensables en la creación de conciencia sobre la sostenibilidad, ya que su función va más allá de la transmisión de contenidos, y debería enfocarse en la formación de ciudadanos comprometidos con los problemas globales, capaces de tomar decisiones informadas y aportar soluciones innovadoras.

Así, bajo el concepto de la EDS, las escuelas, universidades y centros de formación deberían integrar los principios de sostenibilidad en sus programas académicos, como una asignatura aislada y como un enfoque transversal que abarque temas como la conservación ambiental, la justicia social y el desarrollo económico.

De igual manera, deberían promover una cultura de sostenibilidad dentro de sus propios entornos, para llevar a cabo acciones concretas como la gestión eficiente de los recursos, la promoción de prácticas responsables de consumo y la creación de espacios para que los estudiantes participen en proyectos prácticos, como huertos escolares, iniciativas de reciclaje o actividades de acción social.

Sin embargo, la responsabilidad no solo recae en el ámbito educativo, ya que las empresas también juegan un papel determinante en la promoción de la sostenibilidad. Si bien históricamente se ha visto a las empresas como agentes que buscan maximizar sus beneficios económicos, hoy en día muchas organizaciones han entendido que la sostenibilidad es una tendencia y una necesidad para su viabilidad a largo plazo, por lo que la adopción de prácticas empresariales responsables es fundamental en este sentido.

Las empresas pueden hacer contribuciones significativas a la sociedad y el medio ambiente, lo cual mejora su imagen y tiene un impacto directo en las comunidades, especialmente en las más vulnerables, al invertir en proyectos que promuevan la inclusión social, la igualdad de género, la mejora de las condiciones laborales y el apoyo a la educación y la salud.

De igual manera, las empresas tienen la capacidad de impulsar soluciones tecnológicas que les permiten ser más competitivas y que contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático, promover la eficiencia energética y reducir el desperdicio de recursos. Este compromiso con la sostenibilidad se ve reflejado en acciones visibles y en la integración de principios sostenibles dentro de las estrategias corporativas, desde el diseño de productos hasta la gestión de sus cadenas de suministro, sin dejar de lado la formación de sus empleados y colaboradores en estos temas.

De manera complementaria, el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil desempeñan roles esenciales en la promoción del desarrollo sostenible. Los gobiernos son responsables de crear políticas públicas que fomenten la sostenibilidad, desde regulaciones ambientales hasta incentivos fiscales, además deberían de promover la educación para el Desarrollo Sostenible y garantizar la inversión en proyectos que favorezcan el bienestar social y ambiental.

Publicidad

Las organizaciones de la sociedad civil, por su parte, juegan un papel clave en la sensibilización y movilización de la ciudadanía, impulsan la participación activa en iniciativas locales y monitorean las acciones gubernamentales y empresariales para asegurar el cumplimiento de las políticas sostenibles. También pueden liderar proyectos comunitarios y defender políticas públicas que favorezcan el desarrollo sostenible.

La colaboración entre estos actores es fundamental para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible, a través de esfuerzos conjuntos que ayuden a crear soluciones innovadoras, fortalecer las políticas públicas y fomentar una cultura de sostenibilidad.

El trabajo coordinado entre gobierno, sociedad civil, empresas y sector educativo es indispensable para enfrentar los desafíos económicos, ambientales y sociales, generan un impacto real, en términos de los beneficios tangibles inmediatos, y en la creación de una sociedad más resiliente, equitativa y justa; por ello la urgencia de apostar todos por la Educación para el Desarrollo Sostenible.

____

Nota del editor: Jorge Reyes Iturbide es especialista en responsabilidad social empresarial y desarrollo sostenible y desde hace 20 años ha trabajado para diversas empresas y organismos nacionales e internacionales en proyectos de investigación, consultoría, desarrollo de estándares y educación ejecutiva en la materia. Actualmente es Director de Empleabilidad en la Universidad Anáhuac México. Síguelo en Twitter y LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Tags

Empresas sustentabilidad Educación Universidades

Publicidad