Según el Informe sobre el Futuro del Empleo 2025 publicado por el Foro Económico Mundial, alrededor del 40% de las habilidades necesarias para desempeñar los puestos de trabajo deberán cambiar, y en los próximos cinco años, 92 millones de empleos serán desplazados. Además, señala que casi la mitad de los empresarios a nivel mundial aprovecharán la tecnología para acceder a nuevas oportunidades de negocio, lo que resultará en una reducción de su fuerza laboral debido a la automatización propiciada por el uso de la inteligencia artificial.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional prevé que el crecimiento económico mundial será del 3.3% tanto en 2025 como en 2026, cifra que se sitúa por debajo de la media histórica del 3.7%. Aunque el análisis no pronostica un escenario pesimista, sugiere que los próximos años continuará una dinámica de crecimiento desigual, marcada por un alto nivel de incertidumbre.
Las consecuencias de esta desigualdad económica y social son evidentes: conflictos sociales derivados de la falta de acceso a oportunidades de desarrollo y servicios de calidad, así como limitaciones en la innovación y el emprendimiento en regiones vulnerables, lo que contribuyen al estancamiento económico y la perpetuación del ciclo.
Durante el Foro de Davos 2025, celebrado en enero bajo el lema "Colaboración para la Era Inteligente", se analizaron cinco temas clave. Entre ellos, destacó el de revitalizar y repensar el crecimiento para construir economías más sólidas y resilientes.
Innovar en la educación
En este ejercicio de repensar el crecimiento económico, planteado en el Foro de Davos, la educación desempeña un rol fundamental. Las universidades en concreto, por su propósito y alcance, tienen un papel protagónico en la formación de futuros colaboradores, emprendedores y líderes empresariales capaces de responder a las exigencias socioambientales y de mercado.
Para lograrlo, es necesario un enfoque múltiple: garantizar la inclusión a sus programas de enseñanza, fortalecer en el currículo la conciencia ética, el sentido humano y el pensamiento crítico, con énfasis en el uso de la inteligencia artificial. Además, las universidades deben establecer colaboraciones sistemáticas y permanentes con empresas que implementen modelos de negocios innovadores, para que los estudiantes participen en la solución de problemáticas de mercado que impacten de manera positiva a la sociedad y el medio ambiente.
Innovar la forma de hacer empresa
Innovar dentro de las empresas implica atreverse a implementar nuevos modelos de negocio que generen valor mientras asumen acciones conscientes para minimizar o eliminar los impactos negativos de sus operaciones. Hoy en día, para los consumidores, el comportamiento de la empresa se ha convertido en un criterio de compra y no sólo la promesa de valor que obtiene a través del producto o servicio que adquiere.
Afortunadamente, existe un gran número de empresas que han abrazado esta filosofía y han demostrado que es posible generar un impacto socioambiental positivo, mientras mantienen la rentabilidad, validándolo a través de rigurosos estándares y exhaustivas certificaciones.
Esta evolución empresarial ha sido objeto de estudio en universidades y ha demostrado cómo la educación y la innovación empresarial, inspira y capitaliza importantes transformaciones.