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El rol de los CFOs en la transición sostenible

En un contexto donde las empresas buscan maximizar el impacto financiero de cada inversión, las áreas de enfoque priorizadas son aquellas con resultados inmediatos.
mar 04 marzo 2025 05:59 AM
El rol de los CFOs en la transición sostenible
El reto para los CFOs no radica únicamente en aumentar la inversión en sostenibilidad, sino en garantizar que estas decisiones contribuyan a la competitividad de la empresa en el futuro, apunta Antonio Vizcaya Abdo.

La integración de la sostenibilidad en la estrategia empresarial ha evolucionado significativamente en los últimos años, pasando de ser un tema exclusivo de responsabilidad corporativa a una prioridad en la gestión financiera. En este contexto, los directores financieros (CFOs) han adquirido un papel determinante, ya que son quienes administran los recursos y definen la viabilidad de las inversiones a largo plazo.

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El panorama actual presenta múltiples desafíos que influyen en la toma de decisiones corporativas. La desaceleración económica global, el aumento de la volatilidad en los mercados energéticos y las tensiones geopolíticas han generado un entorno en el que la asignación de capital enfrenta mayores restricciones. Al mismo tiempo, las regulaciones ambientales continúan evolucionando, con algunos gobiernos endureciendo los requisitos de divulgación de información, mientras que otros han optado por flexibilizar las obligaciones de reporte.

En este escenario, la asignación de recursos en sostenibilidad se encuentra en una encrucijada. Por un lado, las empresas deben cumplir con expectativas cada vez más exigentes de reguladores e inversionistas. Por otro, la incertidumbre económica las obliga a justificar cada decisión desde una perspectiva de rentabilidad y reducción de riesgos. Sin embargo, un análisis reciente realizado por Kearney y We Don’t Have Time sugiere que, lejos de frenar la inversión en sostenibilidad, los CFOs están fortaleciendo su compromiso con esta transformación.

Inversión estratégica y enfoque en retorno financiero

El hecho de que el 92% de los CFOs encuestados tenga previsto incrementar su inversión en sostenibilidad es una señal clara de que este tema ha dejado de ser un simple compromiso corporativo para convertirse en una necesidad estratégica. No obstante, la forma en que se están destinando estos recursos revela una orientación táctica más que una transformación estructural.

En un contexto donde las empresas buscan maximizar el impacto financiero de cada inversión, las áreas de enfoque priorizadas son aquellas con resultados inmediatos. La optimización del consumo energético, la mejora en la eficiencia de materiales y la gestión de residuos han cobrado protagonismo, en gran parte porque generan beneficios tanto ambientales como económicos en el corto plazo.

Si bien esta tendencia es comprensible desde una perspectiva financiera, también plantea un riesgo: el predominio de estrategias de mitigación sobre iniciativas de transformación profunda. La sostenibilidad no puede reducirse a mejoras operativas menores; es necesario que las empresas adopten cambios que redefinan sus modelos de negocio a largo plazo.

El costo de la inacción y la presión regulatoria

El reconocimiento del costo de la inacción es otro elemento clave en la toma de decisiones financieras. Actualmente, una proporción significativa de CFOs ya incorpora en sus modelos de evaluación los riesgos de no avanzar en sostenibilidad. Esto no solo responde a la necesidad de proteger la estabilidad financiera, sino también a la creciente presión regulatoria en distintos mercados.

El debate en torno a la regulación es un factor que no puede pasarse por alto. Mientras algunos gobiernos han elevado los estándares en materia de divulgación ESG, otros han flexibilizado sus normativas para reducir cargas administrativas. Esta falta de uniformidad complica el diseño de estrategias de cumplimiento, especialmente para empresas con presencia global.

En este contexto, la toma de decisiones financieras debe considerar tanto el riesgo inmediato de sanciones como la pérdida de competitividad frente a empresas que han sabido adelantarse a cambios regulatorios. La regulación, lejos de ser solo una barrera, también puede ser una herramienta para generar estabilidad y certidumbre en la transición sostenible.

La sostenibilidad como factor de competitividad a largo plazo

El reto para los CFOs no radica únicamente en aumentar la inversión en sostenibilidad, sino en garantizar que estas decisiones contribuyan a la competitividad de la empresa en el futuro. La reducción de costos operativos y el cumplimiento normativo son factores importantes, pero no suficientes para consolidar ventajas sostenibles a largo plazo.

Es aquí donde la estrategia financiera debe incorporar una visión más amplia. La adopción de herramientas como bonos verdes y financiamiento ligado a desempeño ambiental permite no solo diversificar fuentes de inversión, sino también demostrar ante inversionistas un compromiso sólido con la sostenibilidad.

Asimismo, la alineación entre sostenibilidad y modelos de negocio emergentes se está convirtiendo en un diferenciador clave. Sectores como el tecnológico y el manufacturero ya están explorando formas de integrar la circularidad en sus procesos, lo que no solo reduce su impacto ambiental, sino que también mejora su resiliencia frente a la volatilidad en el acceso a materias primas.

La función del CFO ha evolucionado significativamente en los últimos años, y la sostenibilidad ha pasado de ser una consideración marginal a un elemento central en la toma de decisiones financieras. En un contexto de incertidumbre económica y política, la capacidad de integrar criterios de sostenibilidad en la estrategia corporativa se perfila como un factor determinante para la resiliencia y competitividad de las empresas.

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Si bien el aumento en la inversión en sostenibilidad es una señal positiva, persisten desafíos en la forma en que se gestionan estos recursos. La tendencia actual de priorizar mejoras operativas sobre transformaciones estructurales puede generar beneficios a corto plazo, pero no necesariamente garantizará una transición efectiva hacia modelos de negocio alineados con las demandas del futuro.

El costo de la inacción, la presión regulatoria y la evolución de las expectativas del mercado hacen que la sostenibilidad ya no sea una cuestión de reputación, sino de viabilidad financiera. En este nuevo entorno, los CFOs no solo administran presupuestos, sino que también definen la capacidad de las empresas para adaptarse a una economía en transición.

La sostenibilidad no puede abordarse únicamente como un ejercicio de cumplimiento o reducción de costos. Es una estrategia de negocio que requiere visión a largo plazo, innovación en la asignación de capital y un enfoque proactivo en la gestión de riesgos. En este sentido, los CFOs tienen la oportunidad —y la responsabilidad— de liderar la transformación, asegurando que las empresas no solo respondan a los desafíos actuales, sino que también construyan las bases para un crecimiento sostenible y competitivo en el futuro.

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Nota del editor: Antonio Vizcaya Abdo, consultor en distintas organizaciones y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México enfocado en Sostenibilidad Corporativa. Reconocido por LinkedIn como Top Voice en Sostenibilidad. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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