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ESG en minería, un nuevo estándar para la inversión responsable

Contar con una visión basada en la sostenibilidad ya no es solo una ventaja competitiva: es el requisito mínimo para operar en un entorno cada vez más exigente.
mar 20 mayo 2025 06:00 AM
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La transición energética ha convertido a minerales como el litio, el cobre, el níquel y el cobalto en elementos esenciales para descarbonizar la economía. Esto posiciona a la minería como un actor fundamental en la lucha contra el cambio climático, señala Zulma Herrera.

Durante décadas, la minería fue sinónimo de progreso económico sin importar demasiado el costo ambiental o social. Sin embargo, hoy, una empresa minera que aspire a levantar capital, obtener licencias, generar confianza o proteger su reputación, no puede operar como antes.

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En un momento marcado por la crisis climática, los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) se han consolidado como el nuevo estándar del sector. Ya no basta con saber cuánto produce una minera; ahora importa, y mucho, cómo lo hace. ¿Respeta el entorno natural? ¿Garantiza condiciones laborales justas? ¿Actúa con ética y rendición de cuentas?

Contar con una visión basada en la sostenibilidad ya no es solo una ventaja competitiva: es el requisito mínimo para operar en un entorno cada vez más exigente.

Nuevo binomio: rentabilidad y sostenibilidad

Inversionistas, fondos institucionales, bancos de desarrollo, aseguradoras y gestores de activos ya colocan los criterios ambientales, sociales y de gobernanza en el centro de sus decisiones. ¿La razón? Estos factores impactan directamente la estabilidad operativa, la gestión de riesgos y, en última instancia, la rentabilidad del negocio.

Una empresa minera que ignora el cambio climático, mantiene conflictos sociales sin resolver o incurre en malas prácticas genera incertidumbre, y la incertidumbre en los mercados se traduce en volatilidad y pérdida de valor. Por el contrario, las compañías que adoptan estándares de sostenibilidad de forma proactiva proyectan una visión de largo plazo, construyen confianza y fortalecen sus relaciones con los stakeholders.

En minería, esta agenda abarca desde la gestión segura de relaves y la reducción de emisiones, hasta el respeto a los derechos humanos, la trazabilidad de los minerales y la seguridad laboral. Ser responsable es parte integral del negocio: es lo que permite crecer con legitimidad y resiliencia en un entorno que exige resultados no solo económicos, sino también éticos.

Punto de inflexión

La transición energética ha convertido a minerales como el litio, el cobre, el níquel y el cobalto en elementos esenciales para descarbonizar la economía. Esto posiciona a la minería como un actor fundamental en la lucha contra el cambio climático. Pero lejos de eximirla, esta responsabilidad exige una evolución acelerada.

Para ser parte de la solución, la industria debe transformar sus modelos operativos, construir relaciones genuinas con las comunidades, mitigar sus impactos y alinear sus objetivos con una visión ética y de largo plazo. No hacerlo compromete tanto su reputación como su viabilidad financiera.

Los grandes inversionistas ya lo entendieron por eso, evalúan su exposición a empresas con modelos insostenibles y desinvierten cuando perciben riesgos elevados. Esta lógica, cada vez más extendida, está redefiniendo las reglas del juego.

Cumplir con lo mínimo ya no es suficiente. El mercado exige liderazgo. Y solo aquellas empresas que lo ejerzan con autenticidad, consistencia y evidencia podrán atraer capital, escalar operaciones y consolidarse.

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El mercado ya decidió

El mensaje es claro: la minería debe integrar los principios ESG en su modelo de negocio. No se trata de una moda ni de una acción superficial, sino de una estrategia que permite a las empresas enfrentar los retos actuales y garantizar su relevancia a largo plazo. La rentabilidad sin sostenibilidad está condenada a desaparecer, y el verdadero liderazgo se mide ahora en el valor compartido que se genera, no solo en las toneladas extraídas.

Las inversiones responsables han llegado para quedarse. Las empresas mineras que busquen competir y prosperar deben profesionalizar su enfoque ESG, establecer metas claras y verificables, y comunicar de manera transparente su desempeño. Los inversionistas, por su parte, deben exigir coherencia y acción real.

La minería no desaparecerá, pero su futuro dependerá de su capacidad para transformarse. Quienes lideren este cambio definirán el rumbo del sector.

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Nota del editor: Zulma Herrera es CEO de Mynotauro Co. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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Opinión Minería ESG

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