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¿Estamos listos para competir en semiconductores?

México tiene la oportunidad de ofrecer eficiencia logística y flexibilidad operativa, pero carecemos de infraestructura instalada y talento técnico para convertir esa ventaja en opción irresistible.
mar 08 julio 2025 06:01 AM
Los semiconductores reescriben el mapa geopolítico global: ¿por qué son tan importantes?
La industria de semiconductores generó más de 526,000 millones de dólares en ingresos en 2023 y se estima que alcanzará 1,000 millones para el 2030, apunta José Luis Jáuregui.

La pregunta clave es simple pero profunda: ¿está México preparado para jugar un papel fundamental en la industria global de los semiconductores? La respuesta, aunque incómoda, es clara: aún no.

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Pese a los avances visibles —como la presencia de empresas relevantes en Baja California, tal es el caso de Skyworks en Mexicali o Qualcomm e Infineon en Tijuana— México aún no figura como un actor estratégico en la configuración de la cadena global de valor de semiconductores. En otras regiones del país, como Jalisco, existen centros de diseño importantes, como el de Intel, así como empresas emergentes como Circuify. No obstante, seguimos sin consolidar una cadena de suministro robusta que nos coloque entre los grandes: Taiwán, Corea del Sur, Malasia, Japón o Singapur.

La brecha educativa

Uno de los factores más críticos es la infraestructura técnica y humana. Aunque varias universidades mexicanas han comenzado a desarrollar programas enfocados en el diseño y manufactura de semiconductores —UNAM, CETYS Universidad, Universidad Tecnológica de México, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma de Baja California, el Tec de Monterrey, la Universidad Anáhuac, entre otras—, aún estamos lejos de contar con una fuerza laboral preparada. Según datos de la Secretaría de Economía, México necesita formar a más de 40,000 ingenieros especializados en los próximos cinco años para competir a nivel global (Secretaría de Economía, 2024).

Tampoco hemos sabido aprovechar el llamado “time zone advantage” frente a Asia, un valor estratégico para las empresas estadounidenses que buscan cadenas de suministro más cercanas.

México tiene la oportunidad de ofrecer eficiencia logística y flexibilidad operativa, pero carecemos de infraestructura instalada y del talento técnico suficiente para convertir esa ventaja en una propuesta irresistible.

La geopolítica también influye. Más del 90% de las obleas de silicio se producen en Asia, particularmente en Taiwán, China y Corea del Sur (Statista, 2023). Esta concentración obedece a una política deliberada de inversión intensiva que los gobiernos de estos países comenzaron a realizar en la década de los 80. Este dominio representa lo mismo un riesgo —por el poder de sus economías de escala— que una oportunidad para México, dado el interés de las empresas tecnológicas de Occidente por diversificar su abastecimiento.

La demanda global no se detiene

La industria de semiconductores generó más de 526,000 millones de dólares en ingresos en 2023 y se estima que alcanzará 1,000 millones para el 2030, impulsada por un uso cada vez más intensivo de la Inteligencia Artificial, la expansión del internet de las cosas y la digitalización generalizada de los utensilios del hogar. Así como la electrificación de los vehículos (McKinsey, 2022).

Por su parte las telecomunicaciones continúan evolucionando, con la adopción generalizada del 5G en telefonía celular. Las propias redes sociales implican un uso cada vez más intensivo de la infraestructura de internet, con más de 5,240 millones de usuarios a febrero de 2025, de acuerdo con Statista, que en promedio destinan 2 horas 24 minutos al día a consultarlas.

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Señales alentadoras

En 2024 el gobierno mexicano anunció la creación del primer Centro Nacional de Diseño de Semiconductores para 2030, con una inversión inicial estimada en más de 100 millones de dólares. Las empresas Nvidia y Foxconn también revelaron planes para fabricar servidores especializados en IA en Jalisco.

A pesar de ello, muchas empresas aún consideran que México no tiene mano de obra suficiente para atender proyectos de alta tecnología. La experiencia de TSMC en Arizona, que tuvo que transferir personal desde Taiwán para arrancar su giga fábrica, es una llamada de atención: sin talento, no hay industria.

Universidades como Arizona State University, están reconfigurando sus planes de estudio para cerrar esa brecha. En México, debemos acelerar esa misma transformación para competir.

Si las universidades, empresas y gobiernos colaboran estratégicamente, México podría consolidarse como un polo de manufactura avanzada en semiconductores para América del Norte y más allá. La clave está en formar talento, atraer inversión, generar confianza y comunicar al mundo que estamos listos. Aún no lo estamos. Pero si actuamos ahora, lo estaremos muy pronto.

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Nota del editor: José Luis Jáuregui es Docente de la Maestría en Innovación y Excelencia Operacional de CETYS Universidad Campus Mexicali. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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Opinión Tecnología

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