"En los últimos años, los asuntos relacionados con el cambio climático y el desarrollo fueron prioridad en la Asamblea General, pero este año, el acento estará en la guerra y la paz", dice Richard Gowan, del centro de reflexión International Crisis Group.
"Gaza, Ucrania y Sudán serán los temas dominantes", afirmó Gowan, que advirtió que la ONU puede volverse "irrelevante a nivel mundial si no puede ayudar a conseguir la paz".
Casi un año después del estallido de la guerra en Gaza tras el ataque del grupo islamista palestino Hamás contra Israel, el 7 de octubre, el conflicto amenaza con propagarse a la región. Los bombardeos israelíes contra el Hezbolá libanés, apoyado por Irán, dejaron el lunes cerca de 500 muertos, en el día más mortífero en cerca de un año de conflicto.
Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022 y el conflicto se ha intensificado recientemente con Kiev apoderándose de territorio en una incursión de alto riesgo el 6 de agosto en la región rusa de Kursk, por lo que Rusia ha intensificando los ataques con drones y misiles.
En Sudán, Guterres denunció la "brutal lucha de poder" entre el ejército sudanés y las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido, que estalló en guerra a mediados de abril del año pasado antes de una transición planificada a un gobierno civil.
"La paz está siendo atacada por todas partes", advirtió el secretario Guterres, quien pide que se ponga fin "al cortejo de miserias humanas".
Pero es poco probable que este intenso baile diplomático produzca resultados concretos para los millones de civiles que pagan el alto precio de los conflictos y los atropellos de las libertades fundamentales y las desigualdades.