"Creo que es una muy buena señal", dijo a Reuters el ministro irlandés de Clima, Eamon Ryan. "Es muy útil. Pero eso por sí solo no será suficiente", indicó, añadiendo que los países y las empresas también deben contribuir.
El viceprimer ministro chino, Ding Xuexiang, afirmó el martes que Pekín ya ha movilizado unos 24,500 millones de dólares para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático.
La opinión de Ryan fue compartida por Patrick Verkooijen, director general del Global Center on Adaptation, que celebró el anuncio como "una inyección de energía para el debate sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático, aunque queda mucho trabajo por delante".
El principal objetivo de la conferencia de Azerbaiyán es lograr un amplio acuerdo internacional de financiación climática que garantice billones de dólares para proyectos climáticos.
Los países en desarrollo esperan grandes compromisos de las naciones ricas e industrializadas, que son las que más han contribuido históricamente al calentamiento global, y algunas de las cuales son también grandes productoras de combustibles fósiles.
"Los países desarrollados no sólo han descuidado su deber histórico de reducir las emisiones, sino que están redoblando su crecimiento impulsado por los combustibles fósiles", afirmó el activista climático Harjeet Singh.
Los países ricos se comprometieron en 2009 a aportar 100,000 millones de dólares al año para ayudar a los países en desarrollo en su transición hacia energías limpias y a adaptarse a las condiciones de un mundo que se calienta. No obstante, esos pagos no se cumplieron en su totalidad hasta 2022 y el compromiso expira este año.