En México, los bonos etiquetados existen desde 2015 y, casi nueve años después, se han emitido 1.03 billones de pesos, de acuerdo con datos del Consejo Mexicano de Finanzas Sostenibles (CMFS). De esos, 378,000 mdp se han emitido en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el mercado más activo para estos instrumentos.
Para Juan Manuel Olivo, director de Promoción y Emisoras de la BMV, el aumento de estas emisiones obedece a varios factores, como la obligación de las Afore, el principal inversionista en México, de analizar las cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) al momento de invertir. “Esto aceleró mucho la educación, tanto con las empresas como con los inversionistas. Hoy en día, las Afore, principalmente en la parte de los bonos, han sido muy activas”, comenta el directivo.
Otro factor es el greenium, algo así como el “premio verde”, dice Olivo, que se refiere a la tendencia de ofrecer una menor tasa de interés en la emisión en comparación con los bonos tradicionales, una rebaja que oscila entre 6 y 21 puntos base. “Eso le ayuda mucho a la empresa, porque al colocar un bono temático tendrá como premio una fuente de fondeo más barata”, agrega.
Debido al apetito de los inversionistas y al menor costo de financiamiento, ningún emisor se quiere perder esta ola. Tampoco el gobierno federal, que, de hecho, se ha convertido en el principal emisor de estos instrumentos; sin embargo, sus operaciones las ha realizado en el mercado internacional. De acuerdo con el CMFS, el gobierno ha emitido 348,450 mdp, casi el total de lo emitido en estos instrumentos en la BMV. “El gobierno federal ha sido clave para hacer que esto crezca”, comenta Alba Aguilar, directora general del organismo.