“Si tú no me das esta información de indicadores, pues no te presto, o no te presto en los términos que te gustaría. No es una cosa coercitiva, pero sí son trabas que ya se están empezando a ver”, advierte García.
Para garantizar que los datos sean confiables, las normas exigen que la información de sostenibilidad esté adjunta a los estados financieros, lo cual implica consecuencias si se falsean los datos.
“En el momento en que se identifica este fraude, las consecuencias económicas son mucho mayores. Piensa en las consecuencias de que un banco identifique que tienes un dato falso en tu relación financiera con tu banco, por eso al estar relacionadas se crean algunos incentivos a las empresas a tomarse muy en serio esta información”, comenta Moles.
A partir de 2026, los reguladores requerirán que la información tenga un “aseguramiento limitado”, una especie de auditoría, y para 2027, un “aseguramiento razonable”. Esto elevará la confiabilidad de la información ESG en México.
Aunque por ahora solo es obligatoria para empresas que reportan estados financieros, se anticipa que el cumplimiento de las NIS se extienda al resto del ecosistema empresarial.
Así, el futuro inmediato plantea un nuevo estándar de madurez ESG, no solo para las grandes compañías, sino también para las pequeñas y medianas empresas que participan en sus cadenas.
“Las NIS promueven las cadenas de valor sostenibles, que es, a final de cuentas, lo que queremos lograr, más que el reporteo mismo”, señala Moles.