De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda global de electricidad creció más del 2.5% en 2024, una tasa alineada con el promedio de la última década. Ese mismo año, los combustibles fósiles generaron el 60% de la electricidad mundial, su participación más baja en los últimos 50 años, según datos del propio organismo.
Al mismo tiempo, las energías renovables ganan terreno, pues ya representan 30% de la generación eléctrica global, con una mayor proporción de energía eólica y solar fotovoltaica, al aportar un 13%, el doble de hace cinco años.
Sin embargo, pese a sus beneficios, la energía nuclear contribuye con 9%, lo que significa una disminución a la mitad de su participación de hace tres décadas.
La World Nuclear Association indica que esta baja representación en las alternativas energéticas se debe a la falta de financiamiento para la expansión de nuevas centrales nucleares.
La restricción financiera hacia proyectos de construcción y expansión de plantas nucleares fue impuesta desde hace 66 años por el Banco Mundial, pero recientemente ha dado un giro que pondrá de nuevo a la energía nuclear en el escenario principal de las alternativas energéticas sustentables.
"El Banco Mundial podrá otorgar préstamos a tasas favorables para ayudar a los países a construir infraestructura y satisfacer la creciente demanda de energía limpia y promover los objetivos de desarrollo sostenible", menciona en su comunicado.
Una decisión histórica
El Banco Mundial financió por última vez un proyecto nuclear en 1959. Durante las seis décadas transcurridas desde entonces, el sector de la energía nuclear ha colaborado con reactores en todo el mundo que proporcionan miles de teravatios-hora de energía y que según el reporte del BM, no genera emisiones durante las 24 horas del día, evitando la liberación de miles de millones de toneladas de dióxido de carbono.