“El tax equity es una forma de aprovechar al máximo los incentivos fiscales, los beneficios fiscales en la ley para que las empresas puedan invertir en proyectos de energía renovable sin usar su capital o minimizando el uso de capital”, explica Ian de la Garza, fundador de FinSolar.
¿Qué es y cómo funciona el tax equity?
En términos prácticos, el tax equity permite que un tercero con capacidad fiscal (el inversionista) aporte capital a un proyecto renovable y, a cambio, reciba los beneficios fiscales asociados, principalmente deducciones y créditos, que la ley otorga por invertir en equipos y generación limpia. Esa entrada de capital reduce la necesidad de recurrir a la propia caja del desarrollador o a deuda tradicional, baja el costo total del proyecto y acelera el retorno económico del inversionista.
FinSolar utiliza esta herramientas combinada con PPA, (power purchase agreements), contratos en los que un desarrollador financia, instala y opera el sistema y vende la energía al cliente a una tarifa pactada, en general inferior a la tarifa de la red, garantizando ahorros regulares para ofrecer alternativas más baratas y económicamente atractivas.
Así, la empresa captura desde el primer momento el beneficio fiscal (por ejemplo, la posibilidad de deducir la inversión), pero en lugar de gestionar e instalar los sistemas en todos sus sitios —algo que puede no ser viable por límites de espacio, contratos o factores técnicos— invierte en un vehículo que FinSolar administra.
“La empresa invierte y esos sistemas nos los dan a nosotros a operar a través de un contrato de operación”, dice de la Garza. Los paneles se instalan en granjas solares o techos de terceros y la empresa inversora recibe un rendimiento económico ligado a la producción que FinSolar vende en el mercado.
Ese diseño persigue dos efectos concretos: 1) trasladar a la empresa el beneficio fiscal inmediato (en México la Ley del Impuesto sobre la Renta contempla la deducción al 100% de la inversión en bienes para generación de energía a partir de fuentes renovables), y 2) bajar el costo de capital del proyecto para que los precios de venta de energía sean competitivos.
Desde su creación, FinSolar ha movilizado 600 millones de pesos a través de tax equity y financiamiento tradicional y proyecta colocar 5,000 millones de pesos entre ahora y 2028, apoyándose en alianzas con capital global.