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México debe armonizar los sistemas de precio al carbono para que sean eficientes

Expertos coincidieron en que México enfrenta una sobreposición de impuestos e instrumentos de precio al carbono que dificulta la competitividad y retrasa la transición climática.
lun 13 octubre 2025 04:15 PM
precio del carbono y México
Desde 2014, México ha implementado un impuesto al carbono dentro del IEPS, y en 2020 inició la fase operativa del Sistema de Comercio de Emisiones (SCE). (Rafael Mejía)

En México, el debate sobre los instrumentos de precio al carbono se intensifica a medida que el país busca cumplir con sus compromisos climáticos bajo el Acuerdo de París. Durante el panel “Instrumentos de precio al carbono”, realizado en el marco de México por el Clima, Semana de Acción, expertos coincidieron en que el país enfrenta una compleja superposición de mecanismos fiscales y regulatorios que, lejos de incentivar la reducción de emisiones, podrían obstaculizar la competitividad de las empresas.

José Ramón Ardavín, director ejecutivo de CESPEDES-CCE, explicó que actualmente existen “cuatro tipos de sistemas de precios de carbono: el IEPS federal, los impuestos estatales, el sistema de comercio de emisiones y el requisito de energía limpia”.

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Sin embargo, advirtió que “cuando están todos ellos juntos y no hay una armonización, puede haber una empresa que juegue todos los sistemas juntos y el precio del carbono se va a las nubes”. El resultado, añadió, es un entorno de “sobrerregulación” que podría afectar la capacidad de las industrias mexicanas para competir con productos provenientes de China o India

Desde 2014, México ha implementado un impuesto al carbono dentro del IEPS, y en 2020 inició la fase operativa del Sistema de Comercio de Emisiones (SCE), administrado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). A la fecha, más de 15 estados también han adoptado impuestos locales al carbono, de acuerdo con información de la propia dependencia. Sin embargo, la falta de coordinación entre estos niveles de gobierno ha generado distorsiones y vacíos normativos.

Para Francisco Barnés, director ejecutivo de WRI México, el país necesita “un diseño integral desde el principio: cuál es la meta y cuánto hay que invertir”. El especialista advirtió que la transición energética requiere planeación y recursos, pues “esto no es una cosa sencilla, es una cosa que requiere inversión, tiempo y las señales adecuadas”.

El economista Luis Miguel Galindo, de la UNAM, destacó que ningún escenario de mitigación global “es económicamente viable donde no se incluye de alguna manera un precio al carbono”. Sin embargo, advirtió sobre los riesgos de transición climática: “pérdida de competitividad, efectos negativos en la distribución del ingreso y posibles impactos en la estructura productiva”.

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Galindo propuso avanzar hacia un modelo híbrido que combine impuestos y mercados, además de destinar parte de la recaudación a transporte público o medidas compensatorias que reduzcan los efectos regresivos del impuesto al carbono, una práctica común en países de la OCDE.

Por su parte, Luisa Montes, directora de Ecovalores, insistió en la necesidad de aprovechar los mecanismos de compensación: “la relevancia de incluir los offsets en los sistemas de comercio es que así estás promoviendo la generación de proyectos de reducción de emisiones externos, como transporte limpio o captura de CO2 en bosques”.

La discusión dejó claro que México requiere una política climática coherente, con reglas uniformes y objetivos claros de descarbonización profunda. Como dijo Ardavín, “falta una política pública integral que nos ayude a ver cómo aprovechamos el precio del carbono para reducir emisiones de manera competitiva”.

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