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Las prácticas ESG son una ventaja competitiva para las startups mexicanas

Las startups en México, dicen los expertos, deben de dejar de lado el dilema entre crecer o generar impacto positivo, y centrarse en tener las mejores prácticas para asegurar su futuro.
lun 09 junio 2025 05:55 AM
startups y esg
En México, una barrera importante para adoptar criterios ESG en las startups es la percepción de que implican estándares complejos y costos adicionales.

Santiago Espinosa de los Monteros fundó Toroto con una misión clara: regenerar ecosistemas a través de la ciencia, la tecnología y la colaboración con las comunidades. Desde su trinchera, ha sido testigo de cómo el discurso sobre sostenibilidad, impacto y criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) ha ganado terreno en el ecosistema emprendedor. Sin embargo, aún no se trata de una prioridad generalizada.

“Tenemos un ecosistema en México de muchísimo nivel, particularmente en el sector de impacto. Sin embargo, los startuperos no le entran a ESG. Más allá de lo que tienen que reportar a un inversionista, no es su prioridad de negocio, porque poner una empresa en el país es lo más difícil que puedes hacer en la vida”, explica el CEO de la startup, que ofrece soluciones basadas en la naturaleza y en el mercado de carbono para enfrentar la crisis climática.

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De acuerdo con el Global Business Complexity Index 2025 de TMF Group, México presenta un entorno cada vez más complejo para las compañías, debido a nuevas normativas laborales y regulaciones fiscales. El país pasó del cuarto al tercer lugar en un ranking de 79 naciones, colocándose como el más complicado de América Latina para hacer negocios.

Además, añade Espinosa de los Monteros, “las empresas necesitan sobrevivir. En este momento, requerimos jugadores que estén pensando en cadenas de suministro globales del sector de alimentos y bebidas, cementero, energético. Ahí es donde está el tema clave. Entonces los entiendo si ESG no es su prioridad por ahora”.

El valor del propósito

Para Prem Zalzman, cofundador y director de Innovación Estratégica en Kolibri, postergar el compromiso con los criterios ESG no solo es una cuestión ética, sino un tema de coherencia y supervivencia empresarial.

“Lo que muchas veces se presenta como un dilema -‘crecer o impactar’- es, en realidad, una decisión estratégica. El 80% del impacto positivo de un producto o servicio se determina en la fase de diseño. Por eso, incorporar desde el inicio las variables sociales y ambientales adecuadas será clave para mitigar los riesgos que afectarán a la empresa”, señala Zalzman.

Este enfoque permite a las startups diferenciarse y generar confianza entre clientes e inversionistas, además de anticiparse a regulaciones y demandas sociales cada vez más estrictas, tanto en México como en mercados internacionales. Invertir en empresas que integran la perspectiva de riesgos climáticos o que ofrecen soluciones sostenibles a largo plazo es, a su vez, una estrategia clave para garantizar su viabilidad futura.

Javier Herrero, director ejecutivo de Sistema B México, coincide en que las prácticas ESG no deben dejarse para después, pues representan un verdadero factor de competitividad.

“La innovación y la creatividad del emprendedor pueden estar al servicio de la solución de problemas sociales y ambientales. Eso es precisamente una herramienta de competitividad”, afirma. “Si enfrentamos el impacto social y ambiental con la supervivencia, le estamos restando competitividad a largo plazo a la empresa”, dice Herrero.

Como prueba, la Encuesta Global de CEOs de EY, revela que el 78% de los líderes empresariales considera que los factores ESG son cruciales para el éxito de su empresa. Por su parte, la 28ª Encuesta Global Anual de PwC muestra que uno de cada tres CEOs reportó mayores ingresos tras invertir en sostenibilidad durante los últimos cinco años.

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Los retos del ESG

No obstante, los expertos coinciden en que no se trata de ser perfectos desde el inicio, sino de tener una dirección clara.

Zalzman advierte que “el riesgo aparece cuando se intentan aplicar etiquetas o marcos externos sin conexión con lo que la startup realmente hace o quiere construir; entonces, el esfuerzo queda desconectado del negocio”.

En México, una barrera importante para adoptar criterios ESG es la percepción de que implican estándares complejos y costos adicionales.

“Cuando se piensa desde el modelo de negocio -y no como un área aparte- el impacto se convierte en una herramienta estratégica y en una ventaja competitiva”, explica Zalzman.

El ecosistema inversionista en el país comienza a mostrar señales claras de interés por “enverdecer” sus carteras. Según datos de Endeavor, el 75% del capital dirigido a empresas de México y Brasil es captado por startups que han adoptado estrategias ESG.

Los expertos coinciden en que el impulso para integrar ESG desde el día uno no debe recaer únicamente en los emprendedores, sino también en el ecosistema que los rodea: gobiernos, aceleradoras, banca de desarrollo y consumidores.

En suma, en un entorno donde sobrevivir ya representa un reto, postergar el compromiso social y ambiental puede implicar perder oportunidades valiosas. Por el contrario, integrar estos criterios de forma estratégica desde el diseño del negocio puede ser la clave para que las startups mexicanas construyan resiliencia, diferenciación y crecimiento sostenible.

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