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La salida de Shell pone en la cuerda floja al estándar de emisiones netas cero

El que una de las petroleras más grandes del mundo abandone el SBTi marca un quiebre en los esfuerzos globales por regular con rigor las emisiones del sector.
lun 28 julio 2025 05:55 AM
Shell Oil Truck at the gas station Shell
Shell es la última de las petroleras en anunciar su salida de la iniciativa global liderada por la Science Based Targets initiative (SBTi) para establecer un estándar de emisiones netas cero representa un momento decisivo.

Shell es la última de las petroleras en anunciar su salida de la iniciativa global liderada por la Science Based Targets initiative (SBTi) para establecer un estándar de emisiones netas cero representa un momento decisivo.

Esta decisión implica, en los hechos, la paralización de un esfuerzo de más de seis años destinado a establecer reglas claras y exigibles sobre el futuro del petróleo y el gas. Sin dichas reglas, el concepto de “netas cero” en el sector energético corre el riesgo de perder su eficacia y credibilidad.

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Desde 2015, la SBTi, respaldada por organismos como CDP, una organización mundial sin fines de lucro que gestiona el único sistema independiente de divulgación medioambiental, el Pacto Mundial de la ONU, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), lideraba la definición de objetivos climáticos gamificados en una estrategia alineada con la meta del Acuerdo de París, que exigía recortar entre 90% y 95 % de las emisiones antes de 2050, compensando solo una pequeña fracción residual mediante remociones de carbono.

En octubre de 2021 la SBTi lanzó su Net‑Zero Corporate Standard, siendo el primer marco científico para homologar compromisos netos a nivel corporativo. Sin embargo, mantener ese mínimo exigía aplicar el rigor al sector del petróleo y gas.

El borrador de normativa para este sector contemplaba una prohibición explícita de desarrollar nuevos yacimientos tras presentar su plan climático, o al menos, no más allá de fines de 2027.

Pero este nivel de exigencia chocó con los intereses del sector. Shell declaró que el borrador “no reflejaba de forma sustantiva la visión de la industria” y no ofrecía suficiente flexibilidad para cumplir con la meta de cero emisiones netas hacia 2050.

Aker BP alegó que su capacidad de influir dentro del proceso “era limitada” aunque, afirmaba, mantiene el compromiso con la acción climática.

Shell y la industria priorizan sus intereses

Shell, Aker BP y Enbridge formalizaron su salida del grupo asesor en octubre de 2024 y principios de 2025, tras evaluar que las propuestas eran inviable desde su óptica técnica y comercial. En paralelo, la SBTi pausó oficialmente el desarrollo del estándar de petróleo y gas, atribuyendo la decisión a limitaciones internas de capacidad técnica y humana, y negó que la retirada de las compañías fuese la causa directa.

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Expertos como Chris Hocknell, fundador y CEO de Eight Versa, una consultora de sustentabilidad, consideran que esta dinámica evidencia la rigidez de los modelos actuales de “net zero”. Según él, el esquema net-zero de SBTi “siempre fue demasiado inflexible para funcionar en el mundo real”, provocando que las empresas abandonen antes que enfrentarse al incumplimiento.

Por otro lado, la consultoría Carbon Tracker y académicos como Krista Haltunnen del Imperial College London subrayan que para alinearse con los objetivos del Acuerdo de París, las petroleras deben plantear un plan para “dejar de ser compañías de combustibles fósiles”.

Asimismo, Johan Rockström del Stockholm Resilience Centre y Gail Whiteman de Lancaster University han advertido que los escenarios presentados por Shell carecen de reducciones reales y no siguen las rutas científicas que limitan el calentamiento a 1.5 grados centígrados.

Objetivos climáticos, en suspenso

Con la paralización del estándar sectorial, la brújula que habría establecido objetivos operativos (como dejar de explorar reservas nuevas) se desvanece temporalmente. Además, la SBTi también pospuso hasta 2030 la guía para instituciones financieras que regula la financiación de nuevos proyectos fósiles, bajo el liderazgo del nuevo CEO David Kennedy.

Desde una perspectiva financiera y reglamentaria, esto erosiona el impulso global hacia compromisos vinculantes. Un análisis del Financial Times advierte que medidas voluntarias sin respaldo legal pierden relevancia cuando las grandes corporaciones pueden abandonarlas sin consecuencias sustanciales.

El sector del petróleo y gas representa cerca del 60 % de las emisiones fósiles mundiales, y es el principal responsable del metano, un gas de efecto invernadero especialmente potente. Sin un estándar global, esos contaminantes seguirán sin límites, lo que facilita la proliferación de metas corporativas poco verificables o incoherentes con la ciencia climática.

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¿Fin del modelo net‑zero?

Expertos coinciden en que la retirada de Shell y sus pares pone en cuestión la validez del esquema net-zero como herramienta efectiva. Hocknell advierte que la exclusión corporativa del modelo net-zero podría ser el primer paso hacia una “solución más pragmática” pero menos ambiciosa..

Desde el ámbito financiero, SBTi ha desarrollado nuevas guías para instituciones, como el Financial Institutions Net‑Zero Standard, que permiten financiamientos fósiles hasta 2030, un cambio criticado por expertos como inconsistentes desde la lógica científica.

Mientras tanto, grupos como Institutional Investors Group on Climate Change prueban estándares alternativos, que podrían sustituir en cierta medida el rol central de la SBTi para las petroleras que abandonaron el proceso.

Por ahora, la única certeza es que la ausencia de reglas claras y vinculantes allana el camino para que las grandes petroleras mantengan su negocio y planifiquen nuevos proyectos sin obligaciones concretas. El actual momento es crítico: o se reactiva con rigor global, o el término “netas cero” corre el riesgo de convertirse en un eufemismo sin poder efectivo en el combate al cambio climático.

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