El informe de KPMG se construye con base en respuestas de 1,320 altos ejecutivos y miembros de juntas directivas, cuyas organizaciones reportan ingresos promedio de 16,800 millones de dólares. Esa muestra ofrece una radiografía global del estado del aseguramiento ESG, y permite comparar diferencias por regiones, tamaño corporativo y niveles de avance. Las empresas se clasifican en tres categorías: “Leaders” (el cuartil superior), “Advancers” (el intermedio) y “Beginners” (el cuartil inferior).
La madurez global promedio se situó en 46.9 sobre 100, un retroceso respecto al año previo (47.7), reflejo del efecto de la incertidumbre geopolítica y las prioridades regulatorias que se han vuelto más volátiles, de acuerdo con KPMG. También evidencia la fractura creciente entre las empresas que han integrado la ESG como eje de negocio y aquellas que aún luchan por asentarse en lo más básico.
Las compañías más avanzadas obtuvieron un puntaje promedio de 65.2, mientras que los “Advancers” se ubicaron en 45.7 y los “Beginners” apenas alcanzaron 30.5. Entre las características que distinguen a los líderes están “fuerte participación del consejo, uso avanzado de herramientas digitales e integración estratégica de ESG en sus operaciones”, según el documento del estudio.
El rezago de las empresas menos maduras se agrava porque muchas todavía no han definido una gobernanza clara ni mecanismos de recopilación de datos confiables. Para esos casos, el aseguramiento ESG sigue siendo un reto técnico y organizativo, no una apuesta estratégica.