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El 76% de las empresas globales no tiene una estrategia ESG madura

El estudio revela que las organizaciones aún se encuentran en etapas tempranas o intermedias de madurez, lo que limita el impacto de sus compromisos de sostenibilidad.
mié 01 octubre 2025 05:55 AM
estrategia esg
El rezago de las empresas menos maduras se agrava porque muchas todavía no han definido una gobernanza clara ni mecanismos de recopilación de datos confiables. (Khanchit Khirisutchalual/Getty Images)

Solo una de cada cuatro empresas ha alcanzado un nivel maduro en su estrategia ESG, según revela el Assurance Maturity Index 2025 de KPMG, un estudio que analiza cómo avanzan las compañías en aseguramiento de temas ambientales, sociales y de gobernanza. Aunque el aseguramiento ESG ha ganado impulso —y empieza a verse como palanca estratégica más allá de la obligación regulatoria—, el 76% de las empresas se encuentran en etapas tempranas o intermedias de madurez en esos temas.

Ese rezago contrasta con las aspiraciones que ya tienen las empresas más avanzadas. De hecho, el 60% de las que cuentan con un nivel de madurez más sólido anticipa mayor participación en el mercado, y el 54% prevé mayor rentabilidad mediante ese fortalecimiento ESG.

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El informe de KPMG se construye con base en respuestas de 1,320 altos ejecutivos y miembros de juntas directivas, cuyas organizaciones reportan ingresos promedio de 16,800 millones de dólares. Esa muestra ofrece una radiografía global del estado del aseguramiento ESG, y permite comparar diferencias por regiones, tamaño corporativo y niveles de avance. Las empresas se clasifican en tres categorías: “Leaders” (el cuartil superior), “Advancers” (el intermedio) y “Beginners” (el cuartil inferior).

La madurez global promedio se situó en 46.9 sobre 100, un retroceso respecto al año previo (47.7), reflejo del efecto de la incertidumbre geopolítica y las prioridades regulatorias que se han vuelto más volátiles, de acuerdo con KPMG. También evidencia la fractura creciente entre las empresas que han integrado la ESG como eje de negocio y aquellas que aún luchan por asentarse en lo más básico.

Las compañías más avanzadas obtuvieron un puntaje promedio de 65.2, mientras que los “Advancers” se ubicaron en 45.7 y los “Beginners” apenas alcanzaron 30.5. Entre las características que distinguen a los líderes están “fuerte participación del consejo, uso avanzado de herramientas digitales e integración estratégica de ESG en sus operaciones”, según el documento del estudio.

El rezago de las empresas menos maduras se agrava porque muchas todavía no han definido una gobernanza clara ni mecanismos de recopilación de datos confiables. Para esos casos, el aseguramiento ESG sigue siendo un reto técnico y organizativo, no una apuesta estratégica.

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A ese retraso en madurez se suma el empuje regulatorio en mercados como la Unión Europea: la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés) está elevando las exigencias de transparencia, monitoreo y validación externa de las divulgaciones ESG. Pese a ello, el estudio de KPMG encuentra que casi tres cuartas partes de las empresas sujetas a los requerimientos de la CSRD mantienen sus planes intactos, incluso frente a la ambigüedad regulatoria.

Diversas encuestas apuntan a un movimiento simultáneo: por un lado, más empresas quieren consolidar su credibilidad ESG; por otro, muchas están revisando cómo comunican sus compromisos.

Según The Conference Board, el 80% de las empresas están reelaborando sus estrategias ESG, especialmente en cómo expresan esos esfuerzos públicamente. Y el 52% de los ejecutivos dice que ha rediseñado el lenguaje de sostenibilidad, incluso abandonando el término “ESG” para evitar interpretaciones polarizadas.

En contextos donde la madurez ESG es baja, la brecha entre los que avanzan y los que están rezagados puede volverse estructural: las empresas líderes ya proyectan ganancias tangibles, mientras que las menos maduras enfrentan altos costos de adecuación si quieren ponerse al día. En mercados donde los inversionistas, clientes y reguladores demandan transparencia creíble, quedarse en la fase intermedia implica riesgo competitivo.

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