Simultáneamente, el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF) lanzó las Normas de Información de Sostenibilidad (NIS) con un marco conceptual y 30 indicadores obligatorios (21 cuantitativos y nueve cualitativos). Estas normas aplican a empresas que siguen estándares NIC y es esencial para acceder a financiamiento si los bancos demandan transparencia ESG. Aunque no son obligatorias por ley, se convierten en norma del mercado.
“Se formarán dos ligas: una más expuesta al financiamiento internacional, que reportará con las NIF, y otra más enfocada en capital local, que usará las NIS. No es que una sea mejor que otra. Es que están en niveles de exposición y exigencia distintos”, explica Pablo del Arco Fernández, socio director de Expansión América en Valora Consultores.
Este avance regulatorio provoca una transformación dentro de las empresas que deben dejar de ver los riesgos por sus consecuencias, sino por causas. “Cuando revisan sus mapas de riesgo, descubren que el cambio climático, la desigualdad o la pérdida de biodiversidad son detonantes estructurales”, explica Del Arco.
Este enfoque ha sido adoptado de forma más decidida por sectores con una cultura de riesgo más arraigada, como la banca y los seguros. En México, entidades como Santander y Banorte han comenzado a integrar no sólo los riesgos climáticos, sino también los riesgos relacionados con la naturaleza, como el estrés hídrico o la escasez de biomasa, dentro de sus análisis de cartera.
“A diferencia de Europa o China, donde los marcos regulatorios exigen también la divulgación de impactos, en la mayoría de los países latinoamericanos la regulación sólo obliga a reportar riesgos y oportunidades financieras”, detalla Del Arco. “Para las empresas que no son emisoras, no hay un regulador que las obligue, pero el mercado sí”.
Así, si una empresa es mediana, por ejemplo, y no cotiza en Bolsa, pero es proveedora de una gran empresa con presencia internacional y además que sea pública, como Bimbo, se verá obligada a cumplir con estas nuevas normas y reportar sus riesgos ESG, si es que no quiere perder ese contrato.