E: ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan los países al medir el desempeño sostenible?
JE: El principal desafío es la ausencia de un lenguaje común para medir aspectos tan diversos como la creación de riqueza o rentabilidad (económico); las habilidades de los empleados y los derechos humanos (social); y las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad (ambiental). Aún no existe un conjunto de estándares y enfoques totalmente aceptado y común, como ocurre en la gestión de calidad total o la salud y seguridad.
Aunque creo que el mayor problema sigue siendo la economía, específicamente la disciplina económica. Muchos profesores en escuelas de negocios y universidades aún enseñan una forma de economía que no reconoce adecuadamente las externalidades sociales, ambientales o incluso políticas.
E: ¿Qué tan importante es que empresas multinacionales se sumen a las tendencias de sostenibilidad, sobre todo en países subdesarrollados?
JE: El enfoque actual y principal no está tanto en las acciones individuales de estas grandes compañías, sino cómo transforman el entorno del mercado y las señales que guían a todas las empresas. Esto implica que, aunque es importante que las multinacionales se sumen a la sostenibilidad, el cambio más profundo y sistémico se logrará al influir en cómo operan los mercados en general, para bien o para mal.
E: ¿Qué perspectivas tiene respecto al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel mundial?
JE: Creo que el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas va a fracasar, lo cual no significa un fracaso total. Esto se debe a que solo estamos avanzando en el 17 % de los ODS, mientras que otro 17 % de los objetivos está fracasando por completo. De hecho, estamos yendo por mal camino. Por lo tanto, no creo que lo que estamos haciendo actualmente sea suficiente para abordar algunos de los grandes desafíos sistémicos que enfrentamos en los próximos tres a cinco años.
Puedo decir que la ciencia ambiental, y en particular el clima, se está volviendo cada vez más compleja, un desafío mayor para las empresas, casi mes a mes. La situación se está volviendo mucho más desafiante, incluso en la industria aseguradora y reaseguradora, donde observan la escala, el crecimiento y la frecuencia de los desastres climáticos, les preocupa mucho la posibilidad real de que ciertas partes del mundo sean inasegurables, lo que dará lugar a lo que se conoce como “desiertos de seguros”, algo que ya ha comenzado a manifestarse en Estados Unidos.
Vislumbro un futuro cercano marcado por el recrudecimiento de los desafíos ambientales y geopolíticos, un fallo en los esfuerzos actuales de sostenibilidad, y una necesidad urgente de una acción mucho más contundente y sistémica para evitar consecuencias severas y al final, la única opción será hacer una gran inversión en la conservación de la naturaleza.