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De la teoría a la regulación: el Triple Bottom Line y las nuevas métricas de sostenibilidad

John Elkington, escritor y creador del concepto de Triple Bottom Line (TBL) habla sobre los desafíos y oportunidades para lograr un impacto positivo sin comprometer la rentabilidad de las empresas.
lun 15 septiembre 2025 05:55 AM
John Elkington y metricas sostenibles
En 1994, John Elkington popularizó las tres “P” de la sostenibilidad (personas, planeta y beneficios) con la idea de que los negocios podían generar valor sin comprometer a la sociedad ni al entorno natural.

Cuando hablamos de sostenibilidad en los negocios, pocas personas han dejado una huella tan profunda como John Elkington. Escritor, conferencista y creador del concepto de Triple Bottom Line (TBL), un modelo que, desde hace más de 30 años, propone que las empresas deben medir su éxito no solo por las ganancias económicas, sino también por su impacto en la sociedad y el medio ambiente.

En 1994, Elkington popularizó las tres “P” de la sostenibilidad (personas, planeta y beneficios) con la idea de que los negocios podían generar valor sin comprometer a la sociedad ni al entorno natural. Desde entonces, su trabajo ha influido en escuelas de negocios, corporaciones globales y en la creación de estándares internacionales como los Índices de Sostenibilidad del Dow Jones, la Iniciativa de Reporte Global y las certificaciones de B Lab en el Reino Unido.

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Hoy, frente a desafíos como el cambio climático y las nuevas dinámicas de comercio y consumo, su enfoque sigue siendo relevante: medir de manera integral el desempeño de las empresas es clave para que la sostenibilidad deje de ser un concepto aspiracional y se convierta en una práctica real.

En entrevista con Expansión ESG en el marco del FORO MX 2025, organizado por Tetra Pak México, Elkington compartió su visión sobre cómo los cambios globales están redefiniendo el papel de las empresas y su responsabilidad hacia la sociedad y el planeta.

Expansión (E): ¿Cuál es su reflexión sobre la Triple Cuenta de Resultados en los últimos 30 años?

John Elkington (JE): Ha pasado mucho tiempo desde que se me ocurrió el triple resultado. Eso fue en 1994 y no esperaba que tuviera el impacto que ha tenido desde entonces. Hoy en día, existen más de 10,000 empresas B certificadas como organizaciones de triple resultado.

E: La medición de criterios de sostenibilidad ha sido clave para establecer metas en las empresas ¿qué opinión tiene sobre la evolución de esos estándares y metodologías?

JE: En un principio, había poco interés y competencia en el ámbito de la sostenibilidad. Con el tiempo, se produjo una gran proliferación de marcas y metodologías, con cada actor queriendo imponer su propia marca y enfoque.

Ahora se observa una consolidación y convergencia en el campo, con estándares que se unen o son adquiridos por otros, lo cual considero como natural y saludable. Sin embargo, todos los actores intentan afirmar que su enfoque particular es la respuesta a la sostenibilidad, así que creo que esto lo vuelve más complicado, un poco más confuso.

A consecuencia de ello, vemos que se ha dado un gran crecimiento en el número de personas en los negocios cuyo trabajo es comprender lo que significa la agenda de sostenibilidad para su negocio, su sector, sus clientes y sus inversores.

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E: ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan los países al medir el desempeño sostenible?

JE: El principal desafío es la ausencia de un lenguaje común para medir aspectos tan diversos como la creación de riqueza o rentabilidad (económico); las habilidades de los empleados y los derechos humanos (social); y las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad (ambiental). Aún no existe un conjunto de estándares y enfoques totalmente aceptado y común, como ocurre en la gestión de calidad total o la salud y seguridad.

Aunque creo que el mayor problema sigue siendo la economía, específicamente la disciplina económica. Muchos profesores en escuelas de negocios y universidades aún enseñan una forma de economía que no reconoce adecuadamente las externalidades sociales, ambientales o incluso políticas.

E: ¿Qué tan importante es que empresas multinacionales se sumen a las tendencias de sostenibilidad, sobre todo en países subdesarrollados?

JE: El enfoque actual y principal no está tanto en las acciones individuales de estas grandes compañías, sino cómo transforman el entorno del mercado y las señales que guían a todas las empresas. Esto implica que, aunque es importante que las multinacionales se sumen a la sostenibilidad, el cambio más profundo y sistémico se logrará al influir en cómo operan los mercados en general, para bien o para mal.

E: ¿Qué perspectivas tiene respecto al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel mundial?

JE: Creo que el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas va a fracasar, lo cual no significa un fracaso total. Esto se debe a que solo estamos avanzando en el 17 % de los ODS, mientras que otro 17 % de los objetivos está fracasando por completo. De hecho, estamos yendo por mal camino. Por lo tanto, no creo que lo que estamos haciendo actualmente sea suficiente para abordar algunos de los grandes desafíos sistémicos que enfrentamos en los próximos tres a cinco años.

Puedo decir que la ciencia ambiental, y en particular el clima, se está volviendo cada vez más compleja, un desafío mayor para las empresas, casi mes a mes. La situación se está volviendo mucho más desafiante, incluso en la industria aseguradora y reaseguradora, donde observan la escala, el crecimiento y la frecuencia de los desastres climáticos, les preocupa mucho la posibilidad real de que ciertas partes del mundo sean inasegurables, lo que dará lugar a lo que se conoce como “desiertos de seguros”, algo que ya ha comenzado a manifestarse en Estados Unidos.

Vislumbro un futuro cercano marcado por el recrudecimiento de los desafíos ambientales y geopolíticos, un fallo en los esfuerzos actuales de sostenibilidad, y una necesidad urgente de una acción mucho más contundente y sistémica para evitar consecuencias severas y al final, la única opción será hacer una gran inversión en la conservación de la naturaleza.

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