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El Movimiento B eleva sus estándares y busca mayor impacto global

En el Encuentro+B Amazonia 2025 se presentaron los nuevos estándares de certificación, que elevan las exigencias en temas como trabajo justo, acción climática y diversidad.
lun 08 septiembre 2025 05:55 AM
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La nueva metodología exige a las empresas requisitos mínimos en siete áreas diferentes.

El Movimiento B nació hace más de 15 años con una premisa sencilla, pero transformadora: demostrar que las empresas pueden ser protagonistas en la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y sostenible. Desde entonces, ha evolucionado hasta consolidarse como un referente global de empresas que no solo buscan generar utilidades, sino también impacto positivo en lo social y lo ambiental.

“Lo que estamos diciendo es que hay un tipo de empresa distinto, nuevo, que quiere hacer dinero, pero hacerlo de una forma que sea buena para el mundo y para las personas”, explica María Emilia Correa, cofundadora de Sistema B Internacional.

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Este planteamiento, que comenzó en América Latina, hoy cuenta con más de 8,000 compañías certificadas como Empresas B en 96 países, según datos de B Lab. La cifra crece cada año y revela un interés cada vez mayor en modelos de negocio que combinan sostenibilidad y rentabilidad.

La reciente edición de El Encuentro+B Amazonia 2025, celebrada en Belém, Brasil, sede de la próxima COP30, confirmó esa tendencia: empresarios, académicos y representantes de la sociedad civil debatieron sobre cómo llevar el movimiento a una nueva etapa de impacto colectivo, en un momento crucial para la región amazónica y para el planeta.

Estándares más exigentes

Uno de los anuncios centrales del Encuentro fue la actualización de los criterios de certificación. Hasta ahora, las empresas debían tener al menos 80 puntos de 100 para obtener la certificación, pero eso cambió.

“Lo que se exige ahora a las empresas es que todas cumplan requisitos mínimos en siete temáticas de impacto”, explica Sebastián Troncoso, director de Operaciones de Sistema B Internacional

Los nuevos temas incluyen:

- Trabajo justo
- Acción climática
- Circularidad y gestión ambiental
- Acción colectiva
- Propósito y gobernanza de las partes interesadas
- Derechos humanos
- Justicia, diversidad, equidad e inclusión

El cambio responde a un contexto global más complejo. “Con la crisis climática, la pandemia y la inestabilidad geopolítica nos cuestionamos si el estándar existente era suficiente. Por eso tomamos la decisión de elevar la vara”, afirma Troncoso.

La transición será gradual. Las empresas tendrán plazos de uno, tres y cinco años para cumplir los nuevos requisitos, con un modelo de mejora continua y acompañamiento.

“Buscamos desmitificar la idea de que con estos estándares las empresas no podrán recertificarse. Al contrario, queremos acompañarlas en este proceso”, aclara el directivo.

Una de las características más distintivas de las Empresas B es su marco legal. No se trata solo de buenas intenciones o de prácticas voluntarias.

“La diferencia de las empresas B es que los accionistas firman un contrato legal que los vincula a su propósito. Ese compromiso queda registrado y es exigible ante un juez”, subraya Correa.

Esto contrasta con otras iniciativas de responsabilidad social, que suelen depender de la voluntad del empresario y pueden ser abandonadas fácilmente. Para las Empresas B, el propósito se convierte en parte de la identidad legal de la organización.

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Más allá de la certificación

El Movimiento B no solo busca crecer en número de empresas certificadas. Su apuesta es más amplia y tiene el objetivo de transformar las reglas del juego económico.

“Yo veo la evolución del movimiento multidireccionalmente hacia más países, hacía más sectores y hacia un mayor número de empresas que quisieran caminar en la misma dirección”, señala Pedro Tarak, cofundador de Sistema B Internacional

Ese crecimiento se traduce en iniciativas como Ciudades+B, que articulan gobiernos locales, universidades y empresas, o la Regional Impact Trade Alliance (RITA), que conecta regiones con prácticas comerciales sostenibles.

La idea central es construir un “capital social global” basado en la cooperación. “Estamos consolidando la globalidad del movimiento, construyendo capital social organizacional en un mundo donde necesitamos interactuar con mucha convicción por el bien común”, agrega Tarak.

Los Encuentros+B, celebrados cada dos años, se han convertido en plataformas clave para que empresarios y líderes de opinión compartan aprendizajes.

“Mira, después de la pandemia nos hemos vuelto muy digitales y casi no nos encontramos más. Lo que hace único a este espacio es que nos volvemos a reunir en persona, con entusiasmo, con energía. Eso contagia”, afirma Correa

Ese “contagio” es parte de la estrategia del Movimiento. Según un informe de la Universidad de Oxford, las empresas adoptan con mayor facilidad prácticas sostenibles cuando forman parte de redes de colaboración que les ofrecen acompañamiento y ejemplos concretos.

Uno de los conceptos más repetidos en El Encuentro+B Amazonia 2025 fue el de la acción colectiva.

“Ya no basta con que cada empresa sea cuidadosa en lo individual. Si vamos por separado no llegamos a ninguna parte. Tenemos que sumar muchos y construir visiones comunes de país”, sostiene Correa.

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En América Latina, marcada por la polarización política y la desigualdad social, el reto es enorme. Pero el movimiento busca que las empresas asuman un rol de liderazgo, invitando a gobiernos y sociedad civil a colaborar.

Esta visión conecta con debates globales. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha señalado que la colaboración multisectorial es clave para enfrentar la crisis climática. Ningún actor, ni público ni privado, puede resolver los problemas por sí solo.

El Encuentro+B Amazonia 2025 dejó claro que el Movimiento B no es solo una tendencia empresarial, sino un esfuerzo por repensar la economía en tiempos de crisis climática y social.

En Belém, ciudad que será sede de la COP30 en 2025, la convergencia de voces latinoamericanas y globales recordó que el desafío es enorme, pero también lo es la oportunidad.

“Lo más importante es que estamos consolidando la globalidad del movimiento. Vamos empujando con convicción por el bien común”, comenta Tarak.

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