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¿Qué tanto contamina la inteligencia artificial?

La Inteligencia Artificial se ha vuelto un desafío medioambiental, debido a la demanda de recursos, como agua, energía y materias primas, y a la producción de desechos electrónicos.
jue 26 diciembre 2024 01:08 PM
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El consumo de agua de la IA en un año puede llegar a cubrir el consumo anual de 120 millones de personas.

La inteligencia artificial (IA) ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, impulsando avances en diversos sectores, pero su adopción masiva plantea interrogantes sobre su impacto ambiental, especialmente en relación al consumo de energía, el uso de agua y la generación de desechos electrónicos.

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El proceso de entrenamiento de modelos de IA, particularmente los modelos de lenguaje de gran escala, requiere un consumo elevado de energía y agua para implementar los sistemas computacionales. Se estima que el entrenamiento de modelos avanzados puede consumir hasta 6,600 millones de metros cúbicos de agua para 2027, de acuerdo con una investigación elaborada por las universidades de Riverside y Arlington. Considerando que el consumo promedio por persona es de 150 litros al día, esa cantidad de agua alcanzaría para cubrir el consumo anual de 120 millones de personas, o sea casi la población total de México.

La energía utilizada en estos procesos a menudo proviene de fuentes no renovables, contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero. De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía (AIE), una pregunta realizada en una conversación con ChatGPT consume hasta 10 veces más electricidad que una búsqueda estándar en internet.

Además, los centros de datos que alojan estos sistemas de IA también requieren agua para la refrigeración de los sistemas. A nivel mundial, la infraestructura relacionada con la IA pronto podría consumir seis veces más agua que Dinamarca, un país de 6 millones de habitantes, según el estudio de las universidades de Riverside y Arlington.

Los productos electrónicos que albergan los centros de datos también son otro desafío para el medio ambiente, por un lado, la demanda de recursos y es que fabricar una computadora de 2 kg requiere 800 kg de materias primas, de acuerdo con un informe de la ONU. “Además, los microchips que alimentan la IA necesitan elementos de tierras raras, que a menudo se extraen de formas destructivas para el medio ambiente”, indica el reporte ‘La IA plantea problemas ambientales. Esto es lo que el mundo puede hacer al respecto’, del programa para el medio ambiente de la ONU.

Por otro lado, los centros de datos son productores de residuos eléctricos y electrónicos, que a menudo contienen sustancias peligrosas, como mercurio y plomo, según el estudio de la ONU. El uso de la inteligencia artificial disparará el volumen de desechos electrónicos. Según, el monitor mundial de residuos electrónico (GEM, por sus siglas en inglés) de 2024 de la ONU señala que en 2022 se produjo un récord de 62,000 millones de toneladas (Mt) de desechos electrónicos a nivel global, 82% más que en 2010 y se espera que para 2023 aumente otro 32% a 82,000 millones de toneladas.

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Medidas para mitigar el impacto ambiental de la IA

Para abordar estos desafíos, es esencial implementar estrategias que reduzcan la huella ecológica de la IA. Entre las medidas propuestas por la ONU se incluyen la optimización de los procesos de entrenamiento para hacerlos más eficientes energéticamente, el uso de fuentes de energía renovable en los centros de datos y la mejora en los sistemas de refrigeración para disminuir el consumo de agua.

Además, la IA puede desempeñar un papel activo en la lucha contra el cambio climático. Aplicaciones que utilizan inteligencia artificial para mapear la deforestación, predecir patrones climáticos y optimizar el uso de recursos naturales están emergiendo como herramientas valiosas para promover la sostenibilidad ambiental, de acuerdo con el Foro Económico Mundial.

El programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha hecho cinco recomendaciones para controlar el impacto de la IA en el medio ambiente:

1. Que los países establezcan procedimientos normalizados para medir el impacto ambiental de la IA.

2. Qué los gobiernos elaboren reglamentos que exijan a las empresas que divulguen las consecuencias ambientales directas de los productos y servicios basados en la IA.

3. Que las empresas tecnológicas hagan que los algoritmos de IA sean más eficientes, reduciendo su demanda de energía, al tiempo que reciclan el agua y reutilizan los componentes cuando sea posible.

4. Que los países pueden alentar a las empresas a que sus centros de datos sean más ecológicos, incluso mediante el uso de energías renovables y la compensación de sus emisiones de carbono.

5. Que los países pueden integrar sus políticas relacionadas con la IA en sus normativas medioambientales más amplias.

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Tags

Contaminación ambiental

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