“En la idea de que tenemos que ir impulsando cada vez más las energías renovables en nuestro país, se tomó la decisión de que en Baja California Sur haya una planta termosolar, que son plantas de generación eléctrica, que ya tienen algún tiempo, pero son pocas en el mundo. Y es algo muy importante para el país, porque nos ponemos a la vanguardia, también, de las energías renovables”, dijo en conferencia la presidenta Claudia Sheinbaum.
Este proyecto llega ante la adopción de una mayor capacidad para aprovechar la energía solar en México, el cual es del interés tanto de la población como de las empresas por reducir costos y mitigar su impacto ambiental.
El país alcanzó en 2024 una capacidad instalada de energía solar fotovoltaica cercana a los 11.97 gigavatios (GW), con una proyección de crecimiento del 8.91% anual para llegar a 16.35 GW en 2029. Esta generación posiciona a México en lugar 18 dentro de los países con mayor capacidad instalada en el mundo, según datos de Mordor Intelligence y la International Renewable Energy Agency (IRENA)
“El futuro inmediato de la energía solar en México luce prometedor, con la creciente conciencia ambiental de la población y el interés de las empresas por lograr mayor rentabilidad y eficiencia energética. Además es relevante que la colaboración entre sector público, privado y la sociedad civil acelere la transición hacia un modelo energético más sostenible”, explica Juan Miranda, director general de Solar Change.
Emiliano Sánchez, director de Suministro Calificado de Energía Real, menciona que este tipo de tecnología da una oportunidad única de aprovechar el insumo más abundante que es la radiación solar que, mediante espejos (lentes) se concentra en un punto, logrando calentar el fluido para producir vapor y con este mover la turbina de vapor que genera la electricidad.
¿Cómo funciona una planta termosolar?
El funcionamiento de una planta termosolar combina tecnologías fotovoltaicas y térmicas para producir energía renovable de forma continua. El proceso inicia con un receptor que concentra la luz solar reflejada en un punto específico —generalmente en una torre—. Ese calor eleva la temperatura de una mezcla de sales, principalmente nitrato de sodio y nitrato de potasio, que luego se almacenan en tanques.
A partir de ahí, las sales calientes transfieren su energía a un sistema que hierve agua y genera vapor a alta presión. Este vapor mueve una turbina que, al girar, activa un generador capaz de producir electricidad para la red eléctrica nacional.
Una vez utilizada, la corriente de vapor se enfría y regresa a estado líquido en un sistema de condensación, lo que permite reiniciar el ciclo sin desperdicio significativo.
De acuerdo con Global Energy, esta tecnología no sólo representa un avance en el sector eléctrico, sino que también ofrece aplicaciones en la industria y en procesos que requieren calor constante. Su desarrollo y perfeccionamiento son considerados clave para avanzar hacia un sistema energético global más equilibrado y menos dependiente de los combustibles fósiles.