Publicidad

La ONU tiene un plan para que la refrigeración disminuya su impacto ambiental

El calentamiento global aumenta la demanda del sector de la refrigeración, lo que a su vez la puede aumentar las emisiones a nivel global.
jue 13 noviembre 2025 05:55 AM
refrigeración y cambio climatico
La refrigeración aparece como un factor de vulnerabilidad creciente: las infraestructuras eléctricas pueden colapsar durante los picos de demanda y las comunidades vulnerables tienen menor acceso a refrigeración segura. (WangAnQi/Getty Images)

El mundo se enfrenta a olas de calor amplificadas por el cambio climático, ciudades que se convierten en “hornos” urbanos y una demanda energética que se dispara. Ante este escenario, la United Nations Environment Programme (UNEP) presentó en la cumbre COP30 un plan global para una refrigeración sustentable que prioriza soluciones pasivas, equipos eficientes, refrigerantes de bajo impacto climático y redes limpias de energía.

El informe Global Cooling Watch 2025 indica que, bajo un escenario de negocio-habitual, la demanda de refrigeración podría triplicarse hacia 2050 y empujar las emisiones del sector hasta 7,200 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), que equivale a casi una quinta parte de las emisiones totales del mundo.

Publicidad

El recorrido alternativo que propone este plan, denominado “Sustainable Cooling Pathway”, permitirá reducir las emisiones del sector hasta 64% (a 2,600 millones de toneladas de CO2e) y hasta 97% si además se descarboniza la red eléctrica global.

Este reporte se convierte en una hoja de ruta clave: se trata de garantizar que el acceso a la refrigeración, que es vital para la salud, los alimentos, los hospitales y el bienestar urbano, y que no se traduzca en un aumento incontrolado de emisiones y fragilidad de las redes eléctricas. Tal como afirma la directora ejecutiva de UNEP, Inger Andersen: “No podemos resolver la crisis del calor sólo con aire acondicionado, lo que elevaría las emisiones de gases de efecto invernadero y los costos”.

¿Por qué enfriar distinto ahora?

La combinación de aumento de la temperatura media global, mayor frecuencia e intensidad de olas de calor, y una urbanización acelerada está generando una tormenta perfecta para la refrigeración.

Sólo el hecho de que muchas ciudades registran un efecto “isla de calor urbano” con temperaturas hasta entre 5 y 10 grados centígrados más altas que sus alrededores rurales, implica que el confort térmico ya no es solo una cuestión de lujo, sino de salud pública.

A escala global, el informe Global Cooling Watch 2025 estima que, en un escenario de continuidad, la capacidad de refrigeración podría pasar de los cerca de 22 teravatios (TW) en 2022 a 68 TW en 2050. Ese aumento de la capacidad refleja tanto un mayor acceso a equipos de refrigeración en países de ingresos medios y bajos, como el aumento de la riqueza, población y temperatura. Sin embargo, si se mantiene el modelo actual de refrigeración ineficiente, se duplicarían las emisiones del sector respecto a 2022.

Por otro lado, la refrigeración aparece como un factor de vulnerabilidad creciente: las infraestructuras eléctricas pueden colapsar durante los picos de demanda y las comunidades vulnerables tienen menor acceso a refrigeración segura.

“El acceso a la refrigeración debe tratarse como infraestructura esencial junto con agua, energía y saneamiento”, advierte UNEP.

Por ello, enfriar distinto ahora, priorizando eficiencia, equidad y bajas emisiones, no solo es una cuestión técnica, sino una decisión estratégica para la adaptación al cambio climático y para evitar que la refrigeración amplifique el problema climático.

Publicidad

Refrigeración sustentable

El plan de refrigeración sustentable que promueve la ONU se fundamenta en tres ejes principales: soluciones pasivas, equipos altamente eficientes y transición a refrigerantes de bajo potencial de calentamiento atmosférico (PCA o GWP, por sus siglas en inglés).

Las soluciones pasivas integran diseño arquitectónico, urbanismo y naturaleza: por ejemplo, uso de sombreado, techos verdes, materiales reflectantes, ventilación natural, arbolado urbano. Estas medidas pueden reducir la carga térmica de los edificios antes de recurrir a sistemas mecánicos. Según el informe, casi dos tercios del potencial de reducción de emisiones provienen de soluciones pasivas y de baja energía.

En el ámbito de equipos y refrigerantes, se promueven aparatos con estándares de eficiencia mucho más elevados, así como la adopción de refrig­erantes con bajo PCA.

El plan también contempla que la refrigeración y el frío (como cadenas de suministro de alimentos y medicinas) se integren con energía limpia y redes de distrito cuando sea posible, reduciendo la dependencia de equipos individuales y costosos en términos de consumo y emisiones.

Esta vía permite ofrecer acceso al confort térmico y al frío esencial sin acentuar el cambio climático, permitiendo “aproximadamente 3,000 millones de personas” acceder a soluciones de refrigeración de forma segura hasta 2050 bajo ese camino, indica UNEP.

Políticas clave para ciudades y edificios

La transición requiere una alianza entre políticas nacionales, normativas urbanas y acción local, por lo que el plan hace hincapié en que las ciudades sean protagonistas y que el planeamiento urbano que incorpore “calor extremo” como variable, códigos de construcción que incluyan refrigeración pasiva, estándares mínimos de rendimiento energético, y transición de refrigerantes.

Por ejemplo, el reporte señala que sólo “54 países tienen políticas completas que cubren los tres pilares de refrigeración: enfriamiento pasivo en códigos de edificios, estándares mínimos de desempeño energético y transición de refrigerantes”. Esto muestra que, aunque hay avances, aún existen grandes vacíos.

Publicidad

A nivel urbano, la iniciativa Beat the Heat / Mutirão contra o Calor Extremo, impulsada por la COP30 y UNEP, ya reúne a más de 185 ciudades comprometidas a acciones de enfriamiento y resiliencia al calor. Las políticas clave en ciudades incluyen: evaluación de vulnerabilidad al calor, creación de corredores verdes, techos y muros frescos, neuromáticos de sombra, y adopción de refrigeración de distrito o colectiva.

En edificios, es imprescindible incorporar el concepto de “enfriamiento pasivo primero”, seguido por sistemas de HVAC muy eficientes, y asegurar que los refrigerantes tengan bajo impacto climático. También, la compra pública puede ser una palanca: exigir que los equipos de refrigeración adquiridos por la administración pública cumplan con estándares altos de eficiencia y refrigerantes de bajo GWP.

Beneficios económicos

El plan de la ONU no solo es una estrategia climática o de salud pública, también tiene una sólida lógica económica. Según el informe de UNEP, el camino de refrigeración sustentable podría generar hasta 43 billones de dólares en ahorros acumulados en electricidad e infraestructura hasta 2050.

Con el plan se pueden ahorrar hasta 17 billones de dólares en costos energéticos acumulados y hasta 26 billones de dólares en inversión de red evitada a menores picos de demanda y menor necesidad de ampliar la infraestructura eléctrica.

Además, la eficiencia y el acceso a refrigeración también tienen impactos directos en la productividad, la salud y la reducción de pérdidas de alimentos, lo que constituye un beneficio económico indirecto relevante, tanto para países desarrollados como en desarrollo. Por ejemplo, la capacidad de mantener cadenas de frío en agricultura y salud ayuda a reducir pérdidas que impactan a pequeños productores y al sistema sanitario, mejorando la resiliencia económica, de acuerdo con la Cool Coalition.

Tags

Cambio climático Organización de las Naciones Unidas

Publicidad