Desde el 1 de enero de 2023 hasta el 30 de marzo de 2025, el estrés térmico a nivel de blanqueamiento afectó al 84% de los arrecifes del mundo, y 82 países, territorios y economías sufrieron daños. Diferentes organismos internacionales alertan sobre la susceptibilidad de los corales a diversas enfermedades cuya frecuencia ha aumentado en las últimas décadas.
El Atlantic Oceanographic and Meteorological Laboratory refiere que la enfermedad de la banda blanca amenaza principalmente a Acropora Cervicornis (Cuerno de Ciervo) y Acropora Palmata (Cuerno de Alce). La enfermedad de pérdida de tejido de corales pétreos (SCTLD), de rápida propagación, se observó por primera vez en Virginia Key en 2014 y se ha extendido por todo el Caribe.
El blanqueamiento de los corales sucede por factores ambientales estresantes, como el calor, que expulsan las algas coloridas y energéticas que viven en su interior, dejándolos blancos. Si las condiciones se normalizan con la suficiente rapidez, los corales pueden recuperar sus algas y recuperar su salud. Sin embargo, si el agua permanece muy caliente durante mucho tiempo, los corales mueren.
Otros factores que amenaza la existencia de los corales son la acidificación del mar, esto se da por el aumento del dióxido de carbono (CO2) absorbido por el océano, lo que provoca un aumento de los iones de hidrógeno (H+), lo que hace que los océanos se vuelvan más ácidos.
“Los corales son barreras naturales contra las tormentas y huracanes. En República Dominicana habitan el 25% de la biodiversidad de especies que viven en el mar, por eso es muy importante conservar este ecosistema", dice Luz Lantigua, gerente de Sostenibilidad de Iberostar para República Dominicana, Aruba, y Perú.
De acuerdo con la Iniciativa Internacional de Arrecifes de Coral (ICRI), la condición de los corales también tiene un impacto en la economía mundial, ya que los arrecifes proporcionan 10 billones de dólares en beneficios en el sector de alimentos, genera empleos y protege naturalmente la costera (muchas de ellas en zonas turísticas).
Según datos de la ICRI, alrededor de un tercio de toda la vida marina conocida depende de los arrecifes y 1,000 millones de personas se benefician de ellos directa o indirectamente con actividades como la pesca, el turismo, la alimentación y la salud.