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Lo que nos dejó la COP30 en Brasil: de las promesas a la implementación

La COP30 en Belém consolidó un giro práctico: de grandes declaraciones a acciones medibles en salud, educación y justicia climática.
lun 24 noviembre 2025 05:55 AM
Lo que dejó la COP30 en Brasil: por qué el sistema de salud será clave en la crisis climática
Pese a los avances, aún hay varios desacuerdos, especialmente en cuanto a financiamiento climático. (Wagner Meier/Getty Images)

La COP30, celebrada en la ciudad amazónica de Belém, marcó un punto de inflexión en la arquitectura climática global, pues pasó de la retórica a la acción concreta, especialmente en salud, justicia climática y financiación. Lo que comenzó como una serie de grandes declaraciones en tierra prometida dejó muestras tangibles de que la adaptación ya no se puede quedar en un ideal, sino que debe pasar a una inversión directa en las personas, sus sistemas vitales y sus economías.

Uno de los momentos más destacables de la cumbre fue el lanzamiento del Plan de Acción en Salud de Belém, la primera hoja internacional centrada exclusivamente en la adaptación del sistema de salud al cambio climático. Brasil presentó esta iniciativa el 13 de noviembre, con apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en coordinación con la Alianza para la Acción Transformadora en Clima y Salud (ATACH).

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Las líneas de acción del plan incluyen vigilancia y monitoreo climático-sanitario, desarrollo de políticas basadas en evidencia y capacitación, junto con innovación, producción farmacéutica y salud digital.

En paralelo, un fondo filantrópico global, integrado por unos 35 donantes relevantes como la Fundación Gates, la Rockefeller y Wellcome Trust, comprometió 300 millones de dólares para implementarlo durante los próximos tres años.

La OMS no tardó en advertir de la urgencia. Según su informe, cada año mueren más de 540,000 personas por el calor extremo, y aproximadamente uno de cada 12 hospitales podría dejar de operar debido a eventos climáticos.

“La crisis climática es una crisis de salud, no en un futuro lejano, sino aquí y ahora”, dojo Tedros Adhanom, director general de la organización.

Además del tema de salud, durante la cumbre, la justicia climática y la restauración fueron dos ejes claves en la conversación y Brasil puso sobre la mesa varias iniciativas concretas:

- Restauración agrícola: el país presentó el programa RAIZ, una apuesta por prácticas agrícolas sostenibles que restauren suelos degradados y fortalezcan comunidades rurales frente al cambio climático.

- Calor extremo: promovió alianzas para combatir olas de calor, especialmente en ciudades vulnerables, mediante infraestructura resiliente y políticas de enfriamiento urbano.

- Integridad informativa: impulsó iniciativas para mejorar la transparencia en la comunicación climática, combatir la desinformación y asegurar que las comunidades locales comprendan los riesgos y las soluciones.

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Financiamiento climático: “el camino de Baku a Belém”

Uno de los pilares más ambiciosos de la COP30 fue la presentación de la Hoja de Ruta “Baku-Belém”, que apunta a movilizar 1.3 billones de dólares anuales hacia 2035 para acción climática. Este monto incluye fuentes públicas y privadas, con mecanismos como deuda soberana verde, impuestos al carbono y fortalecimiento de fondos multilaterales.

Según el plan, se priorizará el uso de instrumentos concesionales y no-reembolsables, para no agravar la carga de deuda de los países más vulnerables.

“El mundo está ‘con el tanque vacío’ en financiación de adaptación, mientras los impactos climáticos se intensifican”, advirtió Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Sin embargo, a pesar de la urgencia, las negociaciones han vuelto a aflorar viejos escollos, especialmente en torno a la financiación de la adaptación. Algunos países vulnerables exigen triplicar el financiamiento, mientras otros, incluidos miembros de la Unión Europea, plantean el uso de créditos de carbono en sus contribuciones, lo que genera desconfianza.

Además, la presidenta de la COP30 advirtió sobre la dependencia excesiva en créditos de carbono sin beneficios reales para los ecosistemas “si compras demasiados créditos, no estás cambiando tu propia economía”, enfatizó.

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