Según explicó, el informe de la OMM sobre el estado de los recursos hídricos globales muestra claramente que el ciclo del agua está "cada vez más perturbado y extremo", con repercusiones en numerosos sectores como la agricultura, energía, salud, infraestructuras y economía.
Este reporte recuerda que el cambio climático aumenta la variabilidad del ciclo hidrológico, favoreciendo los fenómenos meteorológicos extremos.
Como ejemplo, señala que en 2024 -el año más caluroso jamás registrado- solo un tercio de las cuencas fluviales del planeta presentaron valores "normales", mientras que todas las regiones glaciares del mundo registraron pérdidas debido al deshielo.
Por otro lado, la cuenca amazónica, otras regiones de Sudamérica y el sur de África sufrieron una grave sequía, mientras que las condiciones fueron más húmedas de lo normal en otras zonas, especialmente en partes de África, Asia y Europa Central.
Este es el tercer año consecutivo en que los científicos registraron una pérdida generalizada de hielo en todas las regiones glaciares.
"En total, se perdieron 450 gigatoneladas, lo que equivale a un enorme bloque de hielo de siete km de alto, siete km de ancho y siete km de largo, o al agua necesaria para llenar 180 millones de piscinas olímpicas", subraya la OMM.
Esta cantidad de agua de deshielo añade aproximadamente 1.2 mm al nivel mundial del mar en un solo año, aumentando el riesgo de inundaciones para las cientos de millones de personas residentes en zonas costeras.
"Desde los años 1970, se han perdido 9,000 gigatoneladas, lo que corresponde a una elevación del nivel del mar de 25 mm", explicó Sulagna Mishra, responsable científica de la OMM.